El 20 de abril es una fecha memorable para los alumnos y alumnas de los centros educativos jesuitas del Ecuador. Recordamos aquel 20 de abril de 1906, cuando María en su imagen de la Dolorosa del Colegio san Gabriel, tomó un rostro tan real, tan tierno que impactó a los jóvenes y sacerdotes que presenciaron aquel prodigio que dio fuerza a la juventud, a los educadores de la juventud y a los responsables de la educación católica para luchar por sus derechos y libertades. Eran tiempos del liberalismo radical de Alfaro. Los católicos no se amilanaron y se sintieron interpelados por una mirada tierna que los llamó a ser hombres y mujeres auténticos, y esto solo es posible cuando se vive en libertad y se lucha por sus ideales. La Madre Dolorosa se convirtió en María liberadora, protectora de la juventud, patrona de la Educación Católica.
Hoy 20 de abril de 2014, festejamos el día de la resurrección, la pascua verdadera que nos revela la fe en Jesús de Nazaret, quien fue crucificado no solo por ser fiel a su misión, ni por mera solidaridad con la condición humana necesitada de liberación de ataduras y falsas imágenes religiosas; sino por mostrar alternativas a las formas de relacionarse de los hombres entre sí y de los hombres con Dios. Jesús nos mostró un rostro diferente de Dios, no el de poder, solucionar problemas y deseos, sino el Dios de las alternativas más humanas y sencillas que dan vida, cuando amas, cuando eres fiel, cuando avanzas en medio de tantas dudas. No quita la incertidumbre ni los riegos, sino que nos libera de los miedos y ataduras, y nos muestra la luz de la verdad que se manifiesta en la justicia, la belleza y la bondad. Esto es creer en la resurrección y es apostar por el proyecto de Jesús de Nazaret, el desvivido por los demás, que con sus llagas y heridas nos revela al Dios fiel y veraz que Resucita generando fe y vida.
Estas dos realidades tan distantes en el tiempo se hacen cercanas en nuestro espacio ecuatoriano que une el ayer y la historia de Jesús con el hoy de una historia de amor revelada en una mujer que nos manifiesta el poder de la fe. La Dolorosa, en expresión de san Ignacio fue la primera testigo de la resurrección, no hay testimonio bíblico, ni histórico, no es una simple narración piadosa, es que “se supone que tenemos entendimiento”, y a la vez palpamos que quien más sufrió, porque más amó, es la primera en ser consolada para contagiar ese animo a los compañeros y compañeras de camino.
La fe de una Madre en el dolor de sus hijos se convierte en luz que brilla en medio de la oscuridad para experimentar la presencia del “gran compañero”. Es el testimonio de una mujer “que es bien puesta”, como dicen los machos de nuestro pueblo, no solo por su belleza, sino por su firmeza en sus convicciones y esperanzas. Por algo la oración favorita de María era: “proclama mi alma la grandeza del Señor, mi espíritu festeja a Dios mi salvador, porque se ha fijado en la humillación de su esclava, y en adelante me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí” (Lc 1: 46ss). Y esas grandes cosas sigue haciendo el Señor gracias a la Pascua, gracias a la fe de María, y gracias al testimonio de hombres y mujeres que luchan por su dignidad y libertad.
Felices Pascuas amigos y amigas de camino.
PARA PENSAR
¿QUIÉN ES MARIA? ¿SOLO LA MADRE DEL SALVADOR?
Nuestra Madre y nuestro modelo de fe como mujer, amiga y compañera de camino
¿EL 20 DEBARIL ESTE 2014 QUE PECULIARIDAD TIENE?
Unir en el espacio y el tiempo dos eventos de salvación: La Pascua y el Prodigio de la Dolorosa
¿CÓMO NOS ENSEÑA MARIA A CREER?
Siendo una mujer bien puesta, por su belleza espiritual y firmeza en sus convicciones.
Me enorgullece leer esto, pues yo estudié en el Colegio 20 de Abril, de padres Jesuitas, allá por el año 1963 entré a 1er año, nocturno, y tuve la suerte de conocer a uno de los alumnos don Wilfrido Loor, testigo del milagro de la Virgen en Quito. Desde ahí soy fiel devoto de La Madre Dolorosa, no me separo de ella nunca, que con su Hijo Señor de la Divina Misericordia, cuidaron de mí de una intervención quirúrgica en el Hosp. IESS Gye, en que estuve 72 días hospitalizado. Por esta razón recuerdo mucho esa fecha, ahora como devoto no falto a misa de celebración. les aconsejo: Recen mucho a la Madre Dolorosa, sigue siendo milagrosa, ella nos quiere mucho, está a la espera de nuestro llamado. Oren sin cesar, pídanle su intercesión ante Nuestro Padre Celestial, conjuntamente con Jesús, no dejen de orar y la mejor forma de hacerlo, es a través del Rosario. Sigan mi consejo. Que Dios los bendiga.