Es indudable que en las épocas estables de dictadura, los pueblos, mal o bien, se mantienen estables, sin reclamos, sin bullas, sin manifestaciones, sobre todo por el temor a la represión política.
Esto también se puede lograr, como lo estamos viendo, con un Gobierno en el que la persona que dirige al país tiene en su mano todos los poderes y actúa sensatamente, cuidando su imagen y controlando prácticamente todos los medios de comunicación, ya sea porque pertenecen al estado o por leyes que castigan, multan o siguen juicios al que habla mal en contra de alguno de los que están en el Gobierno.
Esto es positivo porque permite trabajar y progresar, sobre todo cuando se busca con las leyes una equidad social y levantar a la gente más necesitada. La labor del Gobierno por levantar la educación es muy loable. Me preocupa la forma como se continúa hablando. Ya se ha logrado la equidad, pero seguir insistiendo en el odio y el rencor en las sabatinas, me parece un error, porque el pueblo ecuatoriano es un pueblo de hermanos y a lo que debemos aspirar es a la fraternidad entre hermanos. “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, fue el grito de la revolución francesa y me parece que es el verdadero grito de una revolución que mire por el bien de todos. Seguir sembrando odio y hablando de reivindicaciones, crea en los conciudadanos una idea no clara de posesividad, que va en contra del respeto a la propiedad privada, a lo legítimamente adquirido, incluso entre los de la misma clase social.
El primer puerto del Ecuador fue el puerto de Guayaquil. Incluso en algunos mapas antiguos no se conoce a Guayaquil por su nombre, sino como el puerto de Guayaquil. Querer quitar a la Ciudad de Guayaquil su característica de puerto es como querer quitar a Quito su característica de Capital del Ecuador.
La principal característica y una de las principales fuentes de trabajo en la ciudad es el puerto de Guayaquil. Comprendo que por regionalismo, algunas personas odien a una u otra ciudad, aunque todas tienen algo que las hace dignas de vivir en ella. También es factible que algún mal recuerdo nos haga rechazar determinada Ciudad, sin embargo creo que si algo se debe respetar siempre y en todo lugar es el hábitat de la gente de cada lugar. Sacar el puerto de Guayaquil, es matar la actividad de Guayaquil. No niego el derecho que tienen otras Ciudades del país en convertirse en puertos, pero creo que se debe respetar a los conciudadanos de todo el país.
Parecería que nuestro Presidente tuviera algo en contra de la Ciudad de Guayaquil y quisiera su destrucción. No entiendo el motivo por el que actúa en esa forma contra la Ciudad. El respeto es la base del amor. Pido al Gobierno nacional la rectificación de la decisión de cambiar la ubicación del puerto, o si hay otras razones para el cambio, que por favor, las presente y las explique, para que podamos comprender la actitud gubernamental.
¿Sensato? ¿Ha dicho usted que Rafael Correa es sensato? Trato de entender su aprehensión, pero me preocupa que aún no se gata dado cuenta de que el país está en manos de un psicópata. De un hombre enfermo de odio y frustración contra las familias tradicionales guayaquileñas. Contra aquellas que él, en su locura, cree que maltrataron su niñez. Yo lo único que veo es gente temerosa. Temerosa de poner orden. Si a Hitler lo hubiesen parado a tiempo no estaríamos hablando de guerras y exterminios. A RC hay que pararlo. La vida y el bienestar de 13 millones de personas está en juego. Su sitio es un hospital psiquiátrico, y no Carondelet.