De tanto caminar la vida, llevo ligeros los pies,
fueron muchos los caminos por los que emprendí mi andar:
Senderos llanos, fáciles de transitar,
caminos duros, de piedra y polvaredas;
que para salvarlos tuve los atajos que buscar.
Mas, todos los caminos me fueron fácil de andar,
porque tuve una madre, taumaturga natural
que convirtió en luz toda sombra
para que pueda avanzar:
en diamantes los guijarros,
el fango en laguna azul
Y los negros nubarrones me los enseñó a esquivar.
Me preparó un equipaje que nunca lo abandoné:
de alegría de vivir, sin odios y sin rencores,
de paciencia y esperanza ante toda adversidad.
de ver lo bueno en los hombres,
sin ninguna mezquindad;
más el tesón, para hacer todo sueño realidad.
Taumaturgia natural de la madre que yo tuve,
y me la dio en heredad, para cuando yo sea mujer,
pueda igual que ella, oficiarla
en cada hijo engendrado con el hombre de mi amor.
Portento maravilloso convertido en realidad
cuando ellos, uno a uno, saliendo de mis entrañas
¡en madre me convirtieron!