Este es el título de un documento que se generó en la Conferencia de Paris sobre Medio Ambiente a finales del Siglo XX. Voy a compartir con los lectores estas importantes corrientes de pensamiento, acción y vida que reflejan una realidad no solo a nivel mundial y reflexionar, con lo expuesto, si algo ha cambiado desde entonces hasta nuestros días del siglo XXI.
El Biorregionalismo es una práctica colectiva, territorializada, reconstructiva de una relación armoniosa con la naturaleza, fructífera, respetuosa de la biodiversidad y sustentable a largo plazo. Vivir y construir la biorregión es un acto de humildad cultural: la biorregión se convierte en el espacio de vida, donde los proyectos de vida de cada persona adquieren su pleno sentido y se cuenta con las condiciones para una autorrealización plena.
El biorregionalismo es un movimiento político – cultural que valora lo local y lo regional, buscando la revitalización de los lugares, las personas y las culturas como una manera de regenerar el planeta.
La palabra biorregión proviene del vocablo griego Bios, que significa formas de vida, y del latín Regere: territorio para ser gobernado o dirigido. La biorregión además de aceptar que sus fronteras están dadas de manera natural, comprende la existencia de un grupo humano que establezca una relación con su entorno según las leyes naturales.
El concepto de biorregión es un concepto político que hace referencia a una práctica social de nuevo tipo y a un nuevo entendimiento. El Biorregionalismo es una nueva manera de ser y de estar, un nuevo entendimiento.
Los habitantes de una biorregión son diferentes a los de otra y esto además de entenderlo hay que respetarlo. El Biorregionaismo es un territorio con conciencia. “Ser del lugar”, es una opción que permite, a cada quien, haya nacido donde haya nacido, reconocerse como habitante del lugar.
Muchos países padecen de grandes tradiciones paternalista – nacionalistas – centralistas, derivadas de una herencia histórica, que genera rasgos de centralismo y gran pasividad frente al destino que “se impone” y que impide que, muchas veces, la biorregión le tome cariño al lugar que habitan los lugareños. La realización práctica del Biorregionalismo, refuerza y requiere de la descentralización y la acción directa de cada comunidad en comunicación con gobiernos democráticos que son difícilmente viables por la presión y manejos de la burocracia que controla todo para dominar. Esto último genera las resistencias locales, las reacciones campesinas e indígenas y el descontento popular urbano. El Biorregionalismo confirma la realidad de muchos países de su gran biodiversidad y la de la necesidad urgente de un profundo cambio estructural en sus países que permita los desarrollos regionales, acabando con el abusivo y explotador centrismo burocrático que además actúa a espaldas de la realidad de cada biorregión sin conocimiento ni comprensión de sus valores y destruyendo su naturaleza.
Concluiremos transcribiendo la estrategia esencial del biorregionalismo que es rehabilitar el planeta. Esto significa:
Dejar de destruirnos a nosotros mismos y a los elementos de la naturaleza.
Reconciliar lo más profundo de la personalidad y la psiquis humanas con el entorno.
Intentar una nueva manera de realizar una práctica social que tienda a transformar la realidad existente.
Reconstruir y revitalizar los tejidos naturales que sustentan la vida.
Respetar la historia y la cultura de las sociedades ancestrales de lugar.
Utilizar técnicas y tecnologías alternativas y adecuadas que no dañen a la tierra ni sean abuso de poder entre los humanos.
Enraizarnos, revivir, escuchar, conocer y reconocer a la tierra profundamente, al lugar: desde los astros hasta los vecinos.
Amar el lugar que se habita.
El biorregionalismo es una propuesta y un nuevo camino de la nueva era y el nuevo siglo.
