Como editorialista de nuestro diario, y como persona, muy poco me ha gustado exteriorizar temas relacionados con mi familia. Personalmente considero que siempre uno debe guardarse su intimidad en el más profundo interior de su alma, pero tratándose esta vez de un pequeño héroe y angelito de Dios, cuyas alas están queriendo ser cortadas por una perversa enfermedad, y por cuanto a su tierna edad, Sebastián Andrés, ya está batallando con las crudas adversidades que ni el más “templado” de los adultos podría soportar, aquello ha hecho que mi dolor desencadene en una serie de circunstancias que por el simple hecho de ser padre y abuelo, y por el hecho de que este hermosos angelito lleve además en sus venas la misma sangre que nos irrigaron nuestros padres, todo esto pues, acrecienta el inmenso dolor y el terror por no perderlo.
En estos momentos, solo recurro y pido a nuestro Padre Eterno que El decida por Sebastián Andrés, y en esta parte, estoy totalmente seguro que Jesús; el Cristo, lo tiene y lo tendrá perse en su regazo. También estoy completamente seguro que “Sebas” lleva en su alma y en sus genes, la inquebrantable valentía que en vida tuvo mi madre.
A ratos uno se pregunta: Y porque a mí..?…Y porque a mi hijo..? y porque a mi madre, o a mi padre..? Pero las respuestas que tú esperas en esos momentos, pero que poco o casi nada fluyen de tu corazón o de tu cerebro, te van dejando una estela de confusión y prepotencia. Bueno, hay que ser verdaderamente Cristianos para entender y aceptar los designios de quien ocupa el mayor lugar de privilegio en nuestros corazones. En otras palabras, hay que creer en la oración.
Yo creo en la oración, pues ésta es el más grande bálsamo para el alma. La oración nos enlaza y nos perpetúa en Dios. La oración también nos hace invencibles, pues esa mágica conexión con Jesús, fortalece nuestra alma, y también nos hace grandes.
Por tanto, mi alma me dice que aunque esta vez llore de dolor, y en silencio, no desmaye en la fe y la esperanza de esperar una pronta y feliz recuperación de Sebastián Andrés. Es por eso que, con la más grande humildad, les pido esta vez a ustedes, nuestros lectores, que se unan en una gigantesca cadena de oraciones y pidan por mi sobrinito. El resto…..y lo demás….ya queda en manos de Dios.
Es que El se merece todas esas grandes oportunidades de un niño que hace volar su tierna imaginación, creando en sus sueños la dulce casita de chocolate, o jugar con el invencible soldadito que nadie lo vence, y quizá hasta creerse ese ejemplar policía que en un “dos por tres” ha atrapado al villano.
Gracias….de corazón.
Aun cuando no lo conozca, estoy junto a usted, en su dolor, angustias y sacrificios. Sé lo que significa aquello. Pero Dios es grande y Él sabe porque hace las cosas. Refugiémonos en la oración, y con ella, estaré junto a usted y la familia…Fuerza y felicitaciones a ese valiente luchador… ¡¡¡La cruenta vida que a la lucha invita ¡¡¡
Tenga la seguridad que su sobrino Sebastián Andrés estará en mis oraciones. Se que el Señor hará lo que convenga. Deseo su pronta recuperación.
Mi estimado amigo Raúl, una enfermedad puede ser incurable solamente para los humanos, pero el Poder de la Fe puede obrar cualquier milagro, esto es posible mediante la ORACION perenne. Yo estoy seguro que Dios, nuestro Padre Celestial, oirá nuestras oraciones para que salga del cuerpecito de Sebastían Andrés esa enfermedad que lo atormenta, y que por intersección del Señor de la Divina Misericordia y La Virgen María, desde ya estamos realizando. Cuando el peso de la enfermedad agobie, dígamole al Señor: «Dios mío como nuestró celestial médico en tus manos pongo la vida de Sebas, para que se haga lo que sea tu voluntad. Por todo lo que hagas por Sebas, te damos gracias, Oh Señor, porque yo sé, que Tú todo lo permites, y en especial para el más grande bien de Sebas. Tómalo Señor con tu Poder Infinito, Con Tú Divina Misericordia, con tu Grandeza de Padre Celestial, oye nuestra Oración, Señor Dios Padre Todopoderoso. Amen.
LUCHAREMOS HASTA EL TRIUNFO POR: SEBASTIAN ANDRES.
Comprendo el inmenso dolor que deben estar sintiendo principalmente sus padres y familiares, y en tratándose de un niño que este atravesando en su pequeña edad cuando debe estar pensando en jugar, se encuentre pegado en un equipo con tratamiento medico, para mi no hay dolor mas grande que un niño sufra enfermedades que el no comprenda por que la tiene, y eso hace que uno vea la valentía de ese pequeño sometido a un riguroso control medico.
Voy a incluir a Sebas en mis oraciones diarias, voy a pedir a nuestro señor Jesucristo ponga sus preciosas manos sobre el para que pronto se recupere y vuelva Sebas a su vida normal compartiendo con sus padres amigos las diversiones de niños.
Sebas que el señor te cubra desde este momento y que al amparo del altísimo te declaramos salvo, señor no desampare a este pequeño hijo tuyo que tanto necesita de Tí.
Amen.