22 noviembre, 2024

Solidaridad y Espíritu de cuerpo

“Unas Fuerzas Armadas fuertemente armadas
que tienen un pobre espíritu de cuerpo, simplemente
están preparadas para la derrota”

La solidaridad es aquel sentimiento que mantiene a las personas unidas en todo momento, sobre todo cuando se viven experiencias difíciles de las que no resulta fácil superar, es tan grande el poder de la solidaridad, que cuando la ponemos en practica nos hacemos inmensamente fuertes y podemos asumir sin temor los más grandes desafíos; por lo tanto, podemos hacerle frente, con firmeza y valor, a cualquier embate de adversidad.

En los militares, normalmente, la solidaridad va aparejada con el espíritu de cuerpo. El espíritu de cuerpo es el amor por la institución, íntimamente compartido por sus miembros, es la mística por servir a esa institución histórica que resume en su alma intangible un pretérito grande y glorioso. Dentro de las Fuerzas Armadas, el espíritu de cuerpo expresa los mismos sentimientos y valores en torno a las Unidades del Ejército, Marina o Aviación a las que se las sirve con lealtad, sacrificio, entrega generosa, es decir con todo el profesionalismo y cariño.

El espíritu de cuerpo es la base donde nacen otros valores como la lealtad, la camaradería, la franqueza y la fe, que nos permiten confiar en nuestros compañeros y superiores, saber que ellos estarán junto a nosotros en los momentos más difíciles. Sí, en algunos casos ha existido esa perversa interpretación de que el espíritu de cuerpo obliga a callar, a ocultar, a proteger el delito, porque en poquísimos casos se han confundido los verdaderos valores del espíritu de cuerpo, el cual jamás se debe confundir con complicidad.

En días anteriores, los miembros de la Confederación de Militares en Servicio Pasivo, es decir los militares de las tres Fuerzas de todas las jerarquías, apoyados por ciudadanos comprometidos con la justicia y la democracia, convocaron a un acto de solidaridad con los compañeros militares que están injustamente procesados por falsos actos de lesa humanidad, también con aquellos compañeros que están siendo enjuiciados y juzgados por supuestos delitos de dudosa legalidad.

En dicho acto, se demostró la solidaridad, que está cimentada en el genuino espíritu de cuerpo, hacia compañeros injustamente acusados de delitos inexistentes; esos compañeros, cumplieron fielmente su deber bajo el amparo de la ley, con honor, dignidad, disciplina y conducta intachables.

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