Hace pocos días Guayaquil fue sacudida por dos incendios dantescos ocurridos en el sector industrial de Guayaquil. Ambos ocurrieron en fábricas y pusieron en peligro barrios altamente poblados. Se temió fuga de elementos tóxicos que podían poner la vida y salud de los ciudadanos. Transcurrieron horas preocupantes para las familias que viven en los sectores vecinos de los flagelos.
Afortunadamente todo fue controlado lo que permitió que regrese la tranquilidad a la ciudadanía. Una vez más la ciudad evidencio el servicio profesional, la labor abnegada y esa pasión por servir ofreciendo hasta su vida en aquello. Me refiero al trabajo del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil. Nuestros bomberos en primera fila para cumplir con su cometido, con su promesa entregada a la historia de nuestra ciudad: cumplir en su imprescindible trabajar enfrentando al fuego implacable que tantas veces ha acabado con nuestra ciudad. Según se ha informado el cien por ciento de las unidades y personal de bomberos rentados y voluntarios estuvieron al servicio de apagar los incendios que tanta alarmaron a la comunidad.
Es admirable el trabajo de esta antigua, muy reverenciada y respetada institución de los bomberos de Guayaquil, quiero resaltar el hecho de que en apenas 24 horas todo el personal se activo para enfrentar las llamas, puesto que el primer incendio ocurrió entre día y otro, así parecen que aparecen las desgracias, una sigue a la otra, pero en este caso sirvió como un desafío para nuestros bomberos quienes no han perdido su mística de servicio y abnegación. El cuerpo de Bomberos de Guayaquil es una de las instituciones que más sirven en la ciudad, demuestran fortaleza ante su tenaz trabajo y genera confianza y despierta cariño y gratitud. Ante la emergencia vivida se activo inmediatamente el Comité de Operaciones Emergentes, COE, presidido por el Sr. Gobernador e integrado por el Municipio, Bomberos y otros. Unidos todos por la vida, contra el fuego que destruye, una gran muestra de que los guayaquileños debemos ser un sola fuerza para enfrentar nuestras contingencias que se presentan, las reuniones mantenidas durante las horas de la emergencia son un buen ejemplo para los ciudadanos que aprendemos viendo unidas a nuestras autoridades a unirnos también a la emergencia.
En ese momento es cuando se deben hacer de lado diferencias y crear un solo liderazgo para atender y enfrentar los peligros. La desgracia ocurrida mostro una vez más el trabajo de hasta dar la vida por los demás que inspira a nuestros bomberos y por otro lado ver a todas nuestras instituciones mostrando una sola fuerza para enfrentar la adversidad que no puede derrotarnos.