Durante muchos años el presidente repitió constantemente que era política de este Gobierno causar incertidumbre en los mercados especulativos, manipuló la información con respecto al pago/no pago de los bonos Global para que su precio bajase en el mercado y luego recomprarlos al 30% y, como consecuencia, por muchos años el acceso de nuestro país a los mercados internacionales estuvo cerrado, por lo que el Gobierno optó por obtener créditos de entidades chinas, a corto plazo (2 años), a un interés alto correspondiente al alto riesgo (7.5%), y garantizado con preventas de nuestra producción petrolera.
Cuando, presionado por la falta de liquidez, el Gobierno recurrió a los mercados especulativos y a los bancos de inversión, antes repudiados, la falta de confianza en el Gobierno actual y nuestro país quedó evidenciada. La emisión de nuevos bonos internacionales por $ 2.000 millones a 10 años plazo, se hizo con un cupón o interés de 7.95% a pagar por el Estado ecuatoriano por la deuda emitida. Esto significa que el riesgo percibido en estos bonos es más alto que en bonos emitidos por muchos otros países o que la confianza en nuestro país es menor que en países como Ghana (7.87%), Costa Rica (7%), Ruanda (6.62%), Chipre (6.5%), Venezuela (6%), Méjico (5.65%), Colombia (5.62%), Perú (4.8%), Paraguay (4.62%), España (2.6%) a pesar de estar en crisis, Italia (1.8%)*.
A pesar del daño causado a la economía de nuestro país con su estrategia de causar incertidumbre, el presidente públicamente llamó a la presidenta de Argentina a no pagar sus deudas a los fondos “buitre”.
Los buitres se alimentan de carroña, de basura; los fondos “buitre” participan en el mercado buscando bonos basura para hacer dinero, por lo que compraron bonos argentinos, considerados basura por el alto riesgo de caer en mora, a precios bajos, cuando otros inversionistas querían deshacerse de ellos, y buscaron las cortes internacionales para obligar al Estado argentino a cumplir con su obligación de pagar el valor nominal de los bonos (100%) al momento de su expiración. Cualquier corte internacional hubiese fallado a favor de los fondos “buitre”, como efectivamente ocurrió, ya que hasta los buitres tienen derecho a comer y si eligen comer basura es su derecho en el mercado libre, donde participan inversionistas de todo tipo y tienen los mismos derechos.
¿De qué sirve, entonces, continuar con la misma política de incitar a no pagar las deudas? ¿Se inspira confianza? ¿O continuaremos pagando intereses más altos que países africanos, europeos en crisis y latinoamericanos?
CARLOS SAGNAY DE LA BASTIDA.
* Datos tomados de El Comercio, 19 Junio 2014.