En materia legal existe una figura jurídica llamada “procurador”, quien es un profesional del derecho que en virtud del apoderamiento ejerce la representación procesal de cada parte ante los juzgados y tribunales.
Nuestro Código de Procedimiento Civil dispone que “sólo los abogados en el ejercicio de su profesión podrán comparecer en juicio como procuradores judiciales y asistir a las juntas, audiencias y otras diligencias en representación de las partes cuando éstas no puedan concurrir personalmente.” Las partes en un proceso pueden ser personas naturales o jurídicas (compañías). La misma ley señala que los representantes legales o procuradores que no legitimen su personería, serán condenados como “falsos procuradores”, y “pagarán las costas, daños y perjuicios del incidente, aunque legitimaren su personería con posterioridad a la declaración”, pues la falta o insuficiencia de poder de quien compareció a nombre de otro sin ser ni estar debidamente designado, implica una violación a la ley.
Un caso muy común en nuestro país, es que los muertos se levanten de sus tumbas y le den una procuración judicial a un abogado para que este venda en su representación, una casa, un carro, u otro de los bienes del difunto. Igual de común es que compañías ya liquidadas o canceladas (muertas o inexistentes) den procuración judicial a abogados, quienes en su representación comparecen a juicio, piden pruebas, litigan, etc., todo esto con el único afán de engañar al juzgador y lograr la nulidad del juicio; de esa forma ganan tiempo y desgastan económica y moralmente a la contraparte.
Dice el Diccionario de Derecho de Guillermo Cabanellas, que este tipo de actos jurídicos son inexistentes, pues no pasan de “una simple apariencia, en el encubrimiento del fraude o en la forma inequívoca de la simulación”. Según nuestro Código Penal, “todo aquél que en el decurso de un procedimiento civil o administrativo, o antes de un procedimiento penal, o durante él, a fin de inducir a engaño al juez, cambie artificialmente el estado de las cosas, lugares o personas”, será reprimido con prisión. Si usted amable lector ha sido víctima de un falso procurador, no lo dude y acuda a la fiscalía más cercana a poner su denuncia. Recuerde que si no reclamamos, la impunidad seguirá campeando.