¡Se acabó la maldita guerra! Decía mi madre, mientras mi padre asentía diciendo lleno de esperanza -¡No más guerra con la ONU!
Para mí en los momentos en que me debatía entre esa paradoja del fin de la guerra y el significado de “la victoria”, la ONU fue la luz que despejó los cielos de mi tormenta, como la tabla de la esperanza de las naciones del mundo por la paz, por la justicia y comprensión entre los hombres… Libro A Medio siglo de la ONU-pág. 17- de la autora de este artículo.
¿De qué paz se hablaba entonces? – Yo tenía 15 años y después de esa 2ª guerra mundial se han suscitado tantas guerras en el mundo, por lo que hoy octogenaria tengo derecho a preguntar:
¿Y la paz dónde está? ¿En estas siete décadas del mundo? Cuando han seguido tantas guerras, que traspasan en número a los dedos de mis manos. Y hoy, siglo XXI viviendo como espectadores esas absurdas guerras de Medio Oriente, mi otra pregunta es ¿Hasta cuándo se guerrea? O será como dice Hessel “Hoy para llegar a la paz hay que matar a dos millones de personas”.?
A mí, especialmente hoy, entre las absurdas guerras, me duele la de Israel con Palestina: Por Israel que defiende su derecho internacional a existir y por Palestina que no lo respeta Y de parte de las dos, el enfrentamiento con todas las consecuencias fatales de muerte y destrucción; quedando uno de víctima y otro de victimario…
Por lo que mi grito es ¡Basta ya! ¡Basta de reclamar el derecho con balas de cañón y bombas letales!…
Y entonces mi última pregunta hoy: ¿Y la ONU-con su Consejo de Seguridad, ella que fue la esperanza de la paz en el mundo? Que si bien tiene que respetar la soberanía de los estados, tiene sobre todo La más grande responsabilidad de hacer respetar y defender los derechos humanos y entre ellos –el derecho a la vida-
De ahí, que este es el momento de la ONU, a reaccionar y no con sus “cascos azules” ni con solo la acción persuasiva o de recomendaciones, o arbitrando esas “treguas” de… horas…
Es momento ya de una convocatoria a una corte jurídica mundial ante la cual las partes diluciden sus problemas y se les imponga un cese definitivo al fuego y a terminar con las incursiones subterráneas, dentro del marco de respeto a los derechos a la vida de los pueblos y fin a la barbarie que los enfrentamientos bélicos están produciendo
Sería valiente y de justificación para el mundo entero, que los miembros de la ONU, el Consejo de Seguridad, etc., como representantes de un organismo mundial, actúen enérgicamente neutrales.
Y un ultimátum al fin de las guerras, “que vinieren de donde vinieren son absurdas”, porque según lo afirmaba en mi libro A medio siglo de la ONU– “Todas las guerras afectan a los hombres de todos los confines; porque uno solo es el mundo y una sola la humanidad”
Las guerras se hacen y se ganan con armas. Pues entonces la guerra no es otra cosa que el gran negocio de los fabricantes de armas.
Hay otra guerra, muchísimo más cruel y antigua que no ha terminado ni terminará sino cambiamos este mundo, que lejos de lo que estamos haciendo con él, se nos lo dio como un PARAÍSO, para que lo cuidemos y desarrollemos junto a él.
ESTA GUERRA ES LA QUE QUIERO QUE TODOS LA INICIEMOS: GUERRA CONTRA LA MISERIA, HUMANA Y SOCIAL.