En nuestro país, la frase “raspar la olla” se suele utilizar cuando una persona se encuentra en estado de desesperación por falta de sustento y, por lo tanto, se ve obligada a hurgar el fondo de una olla para obtener hasta la última cucharada de alimento posible para saciar su apetito. Una graciosa analogía de la idea de utilizar hasta el más escondido de los recursos disponibles.
Y aunque no me cause gracia en lo absoluto, no encuentro otra frase que calce mejor a lo que está haciendo el presidente de la República en estos momentos. Con 191.227 millones de dólares ingresados desde 2006 hasta el 2013, este año, tenemos un presupuesto de 34,300.64 millones de dólares, de los cuales tenemos aproximadamente una brecha de financiamiento de un poco más de 6,000 millones; por la cual nos hemos endeudado con China, Fondo Monetario Internacional, banco mundial y empeñado nuestras reservas de oro con Goldman Sachs.
Tal parece que al gobierno de la revolución ciudadana se le acabaron las ideas, o nunca las tuvo realmente, y agotó sus recursos creativos para financiar su aventura socialista; volcando, como era previsible, su mirada a nuestros recursos a través de la vieja fórmula del aumento de impuestos y la emisión inorgánica a través del Código Orgánico Monetario y su promocionado dinero electrónico, sistema que abre la puerta a la desdolarización y que acabaría, de esta forma, con el último resquicio de estabilidad económica en el país.
Como si todo esto fuera poco, ahora la Revolución Ciudadana está con cuchara en mano raspando ollas ajenas, pues está metiendo mano de las utilidades de los trabajadores de las empresas de telecomunicación y de 64 fondos previsionales (públicos y privados), incluyendo el del magisterio nacional; es decir, está literalmente metiéndose con nuestra comida, por decirlo de algún modo.
Preocupa enormemente cuáles van a las consecuencias de este festín. Mientras al pueblo se lo sigue engañando con propagandas sobre el milagro ecuatoriano, el único milagro real va a ser sobrevivir en un país quebrado.
Lo que parece que muchos ecuatorianos no llegan a entender todavía es que el principal problema de empacharse comiendo cuento es la vomitada, que es amarguísima.
AL FIN UN COMENTARIOP CLARO,PRECISO Y CON UN LENGUAJE SENCILLO QUE PUEDE SER ENTENDIDO POR TODOS LOS CIUDADANOS
Lo que me preocupa es lo siguiente. Si es tan evidente, por que se sigue en ese camino que sabemos nos lleva al precipicio económico, que hay detrás de todo esto?. O talvez los que vemos de esa manera no entendemos porque mantiene un abrumador apoyo que se demuestra en las elecciones, será que no vemos lo que las clases pobres ven, o talvez será que vemos lo que las clases pobres no tienen la capacidad de ver?