21 noviembre, 2024

¿Libro impreso o libro digital? – Parte II

Pero, el origen de la historia del libro, sea la del chino Wang Chieh o la del alemán Gutenberg, paradójicamente, no es precisamente el origen del libro.

El origen de la historia del libro se remonta a las primeras manifestaciones pictóricas de nuestros antepasados, la pintura rupestre del hombre del paleolítico.

Estos gráficos llenos de significado, representaban animales, cacerías y otras escenas cotidianas del entorno natural del hombre antiguo, quien logró capturar su esencia mediante su representación en las conocidas pinturas rupestres.

A partir de ellas podemos hacer “una lectura” de lo que aconteció en esa época.

La piedra fue el objeto más antiguo de la escritura que se conoce hasta hoy, pero la madera es el verdadero soporte del libro.

La palabra libro se origina del latín “liber” que tiene como primera definición “corteza interior de un árbol”.

También se usaron tablillas de arcilla, en lugares como Mesopotamia.

Próximos a los libros actuales eran los rollos de los egipcios, griegos y romanos, compuestos por largas tiras de papiro, que se enrollaban alrededor de un palo de madera. El texto, que se escribía con una pluma también de junco, en densas columnas y por una sola cara, se podía leer desplegando el rollo.

Los libros en forma de rollo de papiro o pergamino fueron más tarde reemplazados por el codex, un libro conformado de páginas y una espina, similar a los libros utilizados hoy.

Cuando todos los libros eran copiados manualmente, eran libros caros y raros.

¿Será a eso a lo que vamos a volver?

¿A que los libros sean caros y raros?

De hecho, muchos ya son caros… al menos en nuestro medio, no es que sean raros los libros, es raro que la gente lea libros, o que compre libros para leer.

Hay gente que lo hace, sí, pero no mucha.

La historia nos dice que solo cierta gente muy especial tenía acceso a los libros.

¿Volveremos a esa época, cuando los libros eran copiados e iluminados por monjes en la sala de escritura de un monasterio?
¿Ocurrirá en el futuro como en la Edad Media, cuando sólo las iglesias, universidades y hombres pertenecientes a la nobleza podían adquirir libros?

Hay quienes dicen que conocer la historia sirve para no repetirla. Yo creo que conocer la historia sirve para saber a dónde vamos a regresar un día. Y, tal vez, hacer las cosas de una mejor manera.

Nos han precedido culturas muy desarrolladas, las mismas que han concluido su ciclo aquí en la tierra, y nos han dejado legados de esa presencia, en piedra, en arcilla, en papiro, en papel…

Hemos visto que lograr imprimir un libro y luego conseguirlo era un lujo y un privilegio.

A eso, en apariencia, vamos a volver.

El libro impreso será un lujo, pero ¡será!, quiero decir, no va a extinguirse. Su papel en la historia es: ¡dejar la constancia!

Como lo fueron en su momento las cuevas a dónde quedó la evidencia del hombre paleolítico.

La vida del libro impreso tiene etapas que van desde concebirlo, escribirlo, editarlo, diagramarlo, imprimirlo, difundirlo.

Además está el costo del papel, que encarece la producción de libros y hace que el PVP sea en algunos casos de difícil acceso.

Otro punto es lo ecológico, entre otras cosas, que dan ventaja a lo digital.

Pero sin duda, no es igual leer un libro impreso que leer un libro digital. Al menos yo, cuando leo en digital sé que leo, pero cuando leo en impreso, siento que vivo lo que leo.

Puede ser una cuestión generacional.

También puede ser que esto tenga que ver con la clasificación de los medios de la que habló Marshall McLuhan, medios fríos y medios cálidos.

Tal como mencioné al inicio, hay quienes dijeron que con el libro digital se distraen con más facilidad y que el libro impreso mantiene su concentración. Lo digital es un medio frío. Lo impreso un medio cálido, ya que involucra nuestros sentidos en mayor grado que un medio digital.

El mundo actual exige llevar una vida práctica, por eso puedo decir que la tecnología es una herramienta que se debe aprovechar, pero no podemos dejarnos atrapar por ella.

Es bueno no olvidar las herramientas de antaño, el uso del papel y el lápiz; en pocas palabras saber cómo escribir una nota o una carta a mano, y apreciar ese detalle de la calidez tan necesario para las relaciones entre los seres humanos.

Haré una comparación que ilustre la diferencia entre el libro digital y el libro impreso: es como cuando vas a tener un hijo y lo ves a través de la imagen en una ecografía, luego, cuando ya lo tienes en tus brazos.

No es lo mismo la ecografía de tu hijo, que tu hijo de carne y hueso.

Eso es lo que pasa con el libro digital y el libro impreso.

Yo he tenido de los dos, he tenido hijos y he escrito “libros impresos” y “libro digital”.

Tener en mis manos cada libro impreso ha sido como cuando tuve en mis manos a cada uno de mis hijos. Se experimenta una alegría inexplicable.

No puedes pretender estar enamorado de una máquina, o mantener un noviazgo solo por skype.

En algún momento se necesita el contacto físico, para justamente sentir.

Y para experimentar esa sensación, no importa si se acaba la batería, o si se va la luz. Solo necesitas tener contigo a la edición impresa de ese libro.

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1 comentario

  1. Saludos. En la primera parte de su artículo, le hice conocer mi completo acuerdo con el contenido del mismo. El libro impreso es irremplazable. Quien exprese lo contrario, nunca ha sido un buen lector, no le han gustado los libros, y si algo lee, es por conveniencia, snobismo, u obligación.

    Napoleón Sotomayor

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