A veces, la vida se nos presenta como un hipermercado, entras por primera vez y todo te parece grande, enorme, tanto color y variedad te confunden. Alguien con más conocimiento te explica que lo que hay en su interior no es para comérselo todo, ni tampoco tienes que comprarlo todo, ni siquiera tienes que verlo y estudiarlo todo, que eres libre para elegir el producto que quieras, y claro, mientras más conozcas a través de los sentidos, mejor será tu elección. Conforme vas creciendo y te vas adentrando en los diferentes recovecos, vas conociendo la diversidad de oportunidades que la vida te ofrece, la variedad de productos a tu alcance.
Hoy me quiero acercar a un stand donde la gente no suele acudir, casi siempre está vacío, pero tengo cierta curiosidad, sólo busco información, a pesar de llamarse ocultismo o hermetismo, está abierto y disponible. Entraremos, aunque no para consumir, y sí para informarnos. Aquí encontramos a los Mundos Paralelos, mundos no separados y sí mundos dentro de otros mundos. Es como si el Universo en el aquí y ahora existiera en varios planos o niveles, desde el físico hasta el absoluto, pasando por el astral, mental, espiritual, divino y supra-divino. Y si ya nos resulta difícil imaginar un universo con las tres dimensiones de ancho, largo y alto, más el tiempo, asimilar hasta siete dimensiones, pues demasiado complicado. Pues bien, en este mundo multidimensional, unas leyes rigen su existencia, veamos cuales son para entender esto algo mejor. Como es arriba, así es abajo, y como es abajo así es arriba, para que se cumpla el milagro de la Unidad.
Así se enuncia la Ley de la Correspondencia y como ejemplo, el fuego, que en el plano físico sirve para quemar materia y dar calor y en un plano superior podría servir para quemar emociones negativas o dar calor afectivo. La ley de la Vibración nos dice que todo vibra, todo está en movimiento, todo tiene su resonancia única e irrepetible, lo que significa que cada plano del universo posee su vibración o tipo de onda electromagnética, definida por su frecuencia y longitud de onda. Esta ley nos invita a la reflexión, pues lo que llamamos realmente materia es en realidad mayormente espacio vacío, incluso en los objetos que nosotros percibimos como sólidos y es por la enorme distancia que hay entre cada núcleo atómico y los electrones del mismo átomo. La ley del Ritmo es la ley del péndulo o el principio del movimiento ondulatorio. Todo tiene ida y regreso, expansión y contracción.
Hay algo que podemos llamar el Aspecto Ceremonial del Universo: la armonía de los paisajes naturales, el vals de los planetas en torno al Sol, el viaje vertiginoso del electrón alrededor del núcleo atómico, el canto de los pájaros y muchos ejemplos más. Todo esto nos habla de cadencia, armonía, musicalidad de los movimientos. Para el ser humano, la base de todos los ritmos se encuentra en su propia respiración; comprendiendo la trascendencia del ciclo respiratorio podemos penetrar en el entendimiento del aspecto ceremonial del universo. La siguiente ley es de Polaridad. Según ella, todo tiene su opuesto, su complementario o su contraparte. Día y noche, fuerza centrífuga y centrípeta, electricidad y magnetismo.
El ser humano está en el límite entre dos fuerzas de la naturaleza: los iones negativos de la tierra y los iones positivos de la atmósfera; cuando estamos erguidos, las plantas de los pies están formando el polo negativo de nuestro cuerpo, pues se encuentran recibiendo el magnetismo terrestre directamente; en cambio, la cabeza está en contacto con los iones positivos de la atmósfera y de esa manera, cada uno de nuestros cabellos es como una pequeña antena abierta a las radiaciones cósmicas. Quizás ya va siendo hora de definir la calvicie como la ausencia de antenas receptoras a los mensajes del cosmos, aunque no creo que esta definición la encontremos en este stand en el que estamos ubicados dentro del hipermercado. Y si estamos acostados, el citado potencial de energía disminuye radicalmente, entrando la conciencia en una fase de descanso.
La ley del Mentalismo, nos dice que todo es mente, el universo es mental; eso significa que cualquier pensamiento que elevemos hacia lo alto es escuchado por el Cosmos, pues el universo posee una estructura mental, es decir, organizada, jerarquizada, armónica. La siguiente ley de la Generación, nos dice que sólo el Creador puede crear y que nosotros, como hijos suyos, tenemos la posibilidad de generar sobre la base de lo que ya está creado. Lavoisier estableció uno de los principios fundamentales de la física: “nada se crea, nada se destruye y todo se transforma”. Todos los alimentos, agua y aire que tomamos y respiramos, en qué lo transformamos?, no sólo en materia, también en combustible para el desarrollo de las funciones superiores: sentimiento, pensamiento, conciencia.
El ser humano funciona por chispazos o fogonazos, que muchas veces se producen después de un largo proceso de gestación: un hijo, la obra del artista, la reveladora fórmula matemática del científico, la verdad iluminada del sabio, el amor de los cónyuges y un sinfín de manifestaciones de la vida. Una última ley del Karma o de causa-efecto, se refiere a las causas y las consecuencias de los actos; en la física clásica se habla de “acción y reacción”, si un objeto físico ejerce una fuerza o acción sobre otro, éste imprime simultáneamente otra fuerza de igual magnitud o reacción sobre el primero. La dinámica kármica puede dar como resultado, por ejemplo, que una acción en el plano emocional –un estado persistente de mal humor- se manifieste al cabo de meses en el plano físico –úlcera-. A su vez, la úlcera podrá ser curada si se cuida la alimentación y se cambia la actitud psíquica.
Desde Einstein se comenzó a hablar de un universo espacial curvo, así se entiende que todo lo que generamos regrese sobre nosotros. Quizá haya algo de cierto en todo lo mencionado o tal vez sólo sea una contribución más al interés que suscita el espacio y sus misterios. Si nos preguntamos, ¿existen otros universos diferentes al que observamos con el telescopio?, ¿existen universos totalmente distintos, fuera del alcance de nuestro entendimiento? La respuesta, desde un punto de vista científico es sí, es claramente posible la existencia de cientos y miles de universos. De hecho ya existe un término para definir esto y es “multiverso”, que describe el conjunto que comprende al mismo tiempo nuestro universo y esos universos hipotéticos.
Como es lógico pensar, la dificultad consiste en encontrar pruebas de su existencia. El hecho de que existan agujeros negros en nuestro universo nos invita a plantearnos la existencia de otros universos. Se ha comprobado su existencia en nuestra galaxia y en otras galaxias exteriores. Su comportamiento es el de una aspiradora, es decir, puedes entrar pero no salir por el mismo lugar, pero sí es posible salir por otro lugar y aparecer en un universo paralelo, completamente desconectado del nuestro y cuyos agujeros negros sean la puerta de acceso. Creo que ya es hora de visitar otro stand o mejor salimos del hiper a respirar profundamente.
Muy cierto e interesante. Lo bueno es que en este ¨hiper Mercado¨chiros y pelucones tenemos igual trato.