Existen pros y contras, y la gente todavía no se acostumbra del todo a los libros digitales; hay gente que siempre preferirá cargar con su libro impreso.
Algunos dicen que “una edición especial de pasta dura siempre será un tesoro para los fanáticos y amantes de tal o cual historia.”
Sin duda, hay ventajas de los libros digitales sobre los de papel, pese a esas ventajas, el libro tradicional no morirá, porque el valor del libro no es solo el texto, sino el libro mismo.
Aparentemente el primer libro electrónico, corresponde a una enciclopedia mecánica, apareció en 1949 gracias al proyecto de una profesora española llamada Ángela Ruiz Robles.
En Estados Unidos, el comercio electrónico crece desde hace más de una década; tuvo su origen en 1971 con el llamado Proyecto Gutenberg, una biblioteca gratuita de libros digitales, con una colección de más de dos mil ejemplares.
¡El libro impreso existe desde hace muchos siglos! y aunque habrá más eBooks, va a haber gente que va a leer sólo eBooks, otros que mezclarán y otros que leerán solo papel, el eBook no va a suplantar o a terminar con el libro impreso.
Miguel Antonio Chávez, talentoso y reconocido escritor ecuatoriano, resumió todo este tema con su opinión:
“La ventaja del eBook es la capacidad de almacenamiento; pero por el factor multisensorial, de manipulación física, de portabilidad, sin dependencia de baterías, incluso por el olor, prefiero el libro impreso.
No importa lo que digan, que lo imprimirán en menor cantidad y que en la época de Jean-Luc Picard se convertirán en objetos raros, igual él (el personaje) sigue leyendo “Moby Dick” en versión impresa”.
Haré una última reflexión, la lectura, impresa o digital, no solo proporciona información, también crea hábitos de reflexión, análisis, esfuerzo y concentración. Una persona con hábito de lectura posee una diversidad de cultura, es decir, está preparada para aprender por sí misma durante toda la vida.
Y concluyo esta intervención con una frase del escritor Jorge Luis Borges: “Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros.”