Cuando alguien está cansado de correr, de trabajar. Estresado por llegar tarde, por preocupaciones, por cumplir tareas, por dar exámenes… HACER UNA PAUSA es indispensable como condición de recuperación corporal y relajación espiritual y mental. Para ello, el saber respirar es la clave, hacer una pausa es detenerse y respirar bien para caminar. Los andinistas, los escaladores lo saben hacer como clave para la consecución de su meta. El estudiante que tiene método y logras resultados, descansa cinco minutos después de una hora de estudios.
Querido Joven, has comenzado tus vacaciones entre los quimestres, a lo mejor ya va una semana. ¿has hecho algún plan? ¿lo han hecho tus padres? ¿han podido liberarse de obligaciones y manejar las ocupaciones? ¿Cómo vas, querido joven a vivir estos días de ocio? El aprender a respirar puede ser una gran terapia para que te ayude a oxigenar tu cerebro y así iluminar tu mente, llenar de aire tus pulmones y coger fuerza para seguir caminando, creciendo, luchando por lo que anhelas y deseas y se convierte en la meta de tu vida, razón de tus estudios. Entonces hacer una pausa es examinar la vida, valorarla y hacer las preguntas necesarias que te hagan dar cuenta de lo valioso que eres, de lo mucho que tienes y de lo que te falta desarrollar para ser persona a plenitud que vive la vida con dicha y dignidad.
Estés donde estés, aprende a respirar, es decir haz una pausa del tren de la vida, del trajín de cada día. Llena tus pulmones de la savia de la vida que te animará a caminar con orgullo de lo que puede hacer, de lo que has conquistado si aprendes a responder a las preguntas de la vida: ¿cómo agradeces a tus padres lo que hacen por ti, lo mucho que te aman? ¿Cómo valoras la amistad auténtica del amigo que está a tu lado y te ha brindado lo que es? ¿del amor gratuito? ¿la mirada tierna? ¿la espera romántica? ¿el sentimiento trascendente de un Dios que podemos llamar Padre? ¿lo sentimos? ¿lo percibimos así y así nos relacionamos en confianza y verdad?
Todo eso produce el hacer una pausa en la vida cuando se quiere ser diferente, cuando se decide crecer. Ojalá no caigas en el vacío de muchos adolescentes de no saber qué hacer ni pensar y viven al tun tun de las olas de la moda, de la patota de amigos, de otros, son comunes. No es culpa de ellos, nadie les ayudó a respirar bien, a hacer una pausa. San Ignacio de Loyola llamaba a eso el evaluar tu relación con Dios: da gracias de la vida, pregúntate verdaderamente cómo pasó Dios en tu vida, qué desafíos te propuso, por qué será, pide perdón por la sordera, ceguera o tibieza, pero atrévete a creer que puedes ser diferente. No te rindas.
“Aún estás a tiempo de levantar el alma y comenzar de nuevo; liberar el lastre y entender tus miedos; aceptar tus sombras y destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo. Tuya es la vida, también el deseo, aunque el frío queme, la tristeza muerda, el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Aún estás a tiempo de emprender el vuelo, continuar el viaje y perseguir tus sueños, porque existe el perdón y el amor es cierto, porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Alza la mirada y acepta tu miedo, recupera la risa, extiende las manos y libera el deseo; despliega tus alas e invita de nuevo y sin perder más tiempo, retoma los cielos” (Cf: Mario Benedetti).
PARA PENSAR
¿QUÉ HACER EN TIEMPO DE OCIO (Vacaciones)?
Aprender a HACER UNA PAUSA
¿QUÉ ES HACER UNA PAUSA?
Aprender a respirar bien
¿QUÉ ES RESPIRAR BIEN?
Oxigenar el cerebro, la vida, pensar en las cosas que valen y caminar con fuerzas e ideales.