22 noviembre, 2024

Revictimización

Tras la aprobación del Código Integral Penal y el oportuno reglamento expedido por el Consejo de la Judicatura que regula las actuaciones judiciales para hechos y actos de violencia contra la mujer, que entre sus importantes considerandos sostenía que por ser una política de Estado la no violencia a la mujer, basada en el artículo 66 de la Constitución de garantizar la integridad física y moral y la prohibición de tratos crueles, inhumanos o degradantes; más la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, “Convención de Belém Do Pará”, que dispone entre los deberes del Estado el de actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer y adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor a abstenerse de hostigar, intimidar, amenazar, dañar o poner en peligro la vida de la mujer de cualquier forma que atente contra su integridad o perjudique su propiedad; esto, en concordancia con el Código Orgánico de la Función Judicial que dispone que la administración de justicia será rápida y oportuna, y que todos los sujetos que intervienen en el proceso judicial, en caso de violencia contra la mujer, deben evitar la revictimización y la impunidad; algunos pensábamos que la situación estaba clarísima.

Sin embargo, resulta incongruente que en ciertos procesos en los que la mujer reivindica sus derechos, ciertos jueces, al constatar que ha existido probada violencia a la mujer, por parte de las unidades judiciales respectivas o la Fiscalía, no den ágil trámite a este tipo de causas, pues su retardo en la solución constituye una clara revictimización, tal como lo prohíbe el Consejo de la Judicatura.

Es urgente que el Consejo de la Judicatura instruya a sus jueces, de conformidad con lo que dispone el artículo 130 del Código Orgánico de la Función Judicial, sobre “propender a la unificación del criterio judicial sobre un mismo punto de derecho”, pues no es posible que sobre un caso de violencia a la mujer, la Fiscalía trabaje en conjunto con la policía para dar protección a la mujer víctima de agresión, y por otro lado los jueces no aceleren causas vinculadas o derivadas de estos hechos, alargando de manera ilógica su revictimización.

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La Boda

Asistí hace pocos días a un matrimonio, en el que se leyó como es costumbre en estas ocasiones el pasaje bíblico de las Bodas de Canaán. Ya lo había escuchado un sinnúmero de veces, pero ahora la idea que llegó a mi fue distinta. Sin poder repetir con exactitud lo que el sacerdote dijo, remito algo parecido y escrito según mis palabras:

A los novios de las Bodas de Canaán se les acabó el vino; la fiesta entonces se iba a convertir en un fracaso y todo el pueblo iba a comentar sobre eso, contando con los invitados que seguramente harían las peores críticas sobre sus anfitriones. Pero, ¡Oh sorpresa! No contaban con ciertas amistades del novio y de la novia. Había entre sus invitados dos personas que harían de aquella situación algo que sería recordado por los siglos de los siglos: un milagro. Una sencilla Mujer invitada a la boda, quien parece tenía la costumbre de estar muy pendiente de todo, se da cuenta de que el vino se había terminado. Dice entonces a su Hijo, a estos dos se les acabó el vino, dales una mano, que los pobres están desesperados. El Hijo que no quería salir de su low profile (bajo perfil) le pide que no se meta en ese asunto, aún no es su hora de actuar. La verdad no sabemos qué es lo que estaba esperando o cuando sería el momento preciso en que se diera a conocer al mundo. En tal caso, tuvo que demostrar su identidad secreta porque aquella mujer como toda buena madre, no tomó en cuenta sus palabras y con sutil delicadeza ordenó a los empleados de aquella casa: ¡hagan lo que Él les indique! El obediente Hijo, se puso manos a la obra al darse cuenta que no podría ir contra la insistencia de su Madre, entonces hizo llenar las tinajas de agua y luego transformó el agua en vino. Con más que suficiente vino para esa noche, continuó la fiesta y con un detalle que jamás olvidarían los invitados; terminado el vino mediocre, los novios ofrecieron el mejor vino de la historia. Que se sepa, nunca jamás nadie ha probado un vino tan exquisito.

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