Un apreciado amigo escribió en las redes sociales: ¿Qué es de la Junta Cívica de Guayaquil? ¿Alguien se acuerda que tenemos una Junta Cívica de Guayaquil? ¡Que se pronuncie sobre los constantes ataques y atropellos en contra de Guayaquil!
Frente al legítimo derecho que tiene mi amigo de preguntar; pero haciéndolo con preguntas que traducen un gran desconocimiento sobre lo que pregunta, me permito informarles:
Hace varios años salí electo presidente de la Junta Cívica de la ciudad de Guayaquil. Este hecho se dio en elecciones libres y democráticas, de cuya transparencia nadie duda.
Encontré una institución con 293 miembros. La mayoría de ellos eran industriales, comerciantes y ciudadanos que tenían una destacada trayectoria. La primera declaración pública que hice como presidente de la misma, fue para decir que abriría la junta a los Negros, Cholos, indios y todos los Guayaquileños.
Efectivamente esto ha sucedido. Desde el primer día se ha llevado una bitácora que registra todas las actividades, programas o proyectos donde hemos intervenido. De la misma manera, tenemos un detallado registro de cada una de las acciones de la institución. Tenemos el respaldo en fotos, video grabaciones o documentos que nos sirven para testificar todas las acciones que hemos llevado a cabo, sean estas públicas o privadas.
Brevemente les presento algunas estadísticas que pasan por mi mente para no cansarlos.
Durante mí período se han llevado a cabo 12.645 reuniones en la institución. Estas han sido individuales, colectivas y otras masivas. Por nuestras oficinas han pasado presidentes de la república, ministros, industriales, comerciantes, artistas, gente de poder económico, representantes de gobiernos internacionales, líderes religiosos, individuos de influencia gremial, pintores, periodistas, poetas, líderes sociales, etc. Han ido políticos de todas las tendencias; es decir nos han visitado personas que de alguna u otra manera han tenido la posibilidad de incidir en la vida de nuestra ciudad.
Con mayor trato preferencial que los anteriores, hemos tenido reuniones con basureros, carniceros, guardianes, jubilados, trabajadoras sexuales, gays, informales de la calle, meseros, minusválidos, sordos, mudos, enfermos terminales, choferes, deportistas, niños gomeros, pandilleros etc.
Todos concurrieron a la junta en busca de algún tipo de ayuda. Si cada año tiene 365 días, es obvio que nos hemos reunido cada día con mucha más gente de la que pudimos esperar. Hemos tenido múltiples reuniones con personas, instituciones, gremios o grupos en las oficinas de nuestra institución. Aparte de ello, nos hemos trasladado constantemente a todas las zonas marginales de la ciudad, de la misma manera que lo hemos hecho hacia otras ciudades y también a pequeños pueblos del país.
Hemos solucionado 12.432 petitorios. Elaboramos 625 proyectos comunitarios que han alcanzado a beneficiar cerca de un millón de personas. Hemos dado capacitación a barrios populares, escuelas y universidades en computación, civismo, motivación y promulgación de valores cívicos y emergencias. Hemos conseguido trabajo para gente desempleada, ayuda médica gratuita en hospitales para tratamiento de enfermedades, hemos ayudado a construir iglesias, a pavimentar calles, a solucionar problemas de barrios, hemos solucionados problemas de alcantarillado, divergencias en comunidades, litigios personales, entierros, controversias deportivas, hemos intervenido en la mejoría de la seguridad de la ciudad, del ornato de la ciudad, hemos intervenido en nuestro propio programa radial que fue sacado del aire en tres ocasiones, etc. Etc.
La Junta ha sido la solución a los problemas de la mayoría de las personas que han solicitado nuestra intervención. Hemos fundado Juntas Cívicas en distintas provincias. Fundamos la junta Cívica de Guayaquil / New York. Existe un departamento jurídico gratuito compuesto por catorce prestigiosos abogados de nuestra institución, que prestan su contingente gratuito a cada una de las personas que sin recursos económicos han necesitado de una representación legal. Hemos puesto amparos constitucionales a cada una de las leyes o acciones que pensábamos que lesionaba a nuestra ciudad.
Recuperamos el archivo Histórico del Guayas.
Sería imposible de enumerar las múltiples circunstancias en las que hemos defendido a Guayaquil. Lo hemos hecho como Guayaquileños; eso significa bien parados. Esto ha sido llevado a cabo de frente; sin miedo y dispuestos a pagar como precio por hacerlo, todas las consecuencias que este riego implicaba. Nos hemos manejado con el espíritu indómito que caracteriza a un Guayaquileño que no se somete ante nadie. Como prueba de esto, en el top ten que burlonamente el poder central hiso para fin de año, se encasillaba a los principales enemigos del gobierno y nosotros estuvimos en el quinto puesto. Todos los demás lugares fueron ocupados por políticos profesionales. Como consecuencia de ello, tenemos dos expedientes abiertos para cerrar a la junta Cívica de la ciudad de Guayaquil.
Los luchamos día a día y aún seguimos vivos. Como consecuencia de esta lucha frontal, tengo 283 juicios, que suman más de 415. 000.000 millones de dólares (cuatrocientos quince millones de dólares). Son de todas las clases y colores. Mis cuentas bancarias están intervenidas. Tuve que sortear 7 órdenes de prisión.
Si yo perdiera los juicios y tuviera que pagar el dinero en su equivalente al sueldo del presidente de la república, tendría que trabajar durante veinte siglos con cuarenta y siete años para cancelar la deuda. Diario el universo quebraba si tenía que pagar cuarenta millones en su juicio. Según los juicios yo estoy recontra quebrado, ya que son más de cuatrocientos millones de dólares los que tengo que pagar.
Mis litigios cuestan más que una central hidroeléctrica. Todo esto me significa una pérdida de tiempo. No piensen que esto me afecta; no me hace ni cosquillas. Nada de esto me quita el sueño, peor me causa ansiedad y de ninguna manera me deprime. Gracias a Dios tengo un espíritu indomable que es impulsado por un carácter lleno de optimismo que no conoce la derrota. Eso sí, tengo un desgaste por perder el tiempo atendiendo tonterías, en lugar de utilizar ese mismo tiempo en algo más productivo.
Hace poco, la comisión de la verdad para investigar el septiembre 30 llevado a cabo en el cuartel de policía, dio su informe. Después de seis meses de investigaciones y entrevistas con más de 600 implicados, donde jamás se me citó, concluyó en el mes de Diciembre con un informe que se dio al país, que Gilmar Gutiérrez, Villacís, Macas y don Miki Palacios, estuvieron incriminados en lo que pasó ese día.
Yo me enteré de esto, cuando vi en la televisión al presidente de la comisión que me involucraba. El único problema en este presunto complot, es que nunca en mi vida ni siquiera le he dado la mano, ni hablado y peor conocido a ninguno de los tres supuestos implicados en este complot conmigo.
La junta Cívica no es una institución millonaria. Antes era ayudada por algunos Guayaquileños que patrióticamente lo hacían. Daban pequeñas donaciones que nos permitían vivir modestamente. Pero precisamente por defender a la ciudad y habernos convertidos en enemigos acérrimos del gobierno por hacerlo, en la actualidad nadie nos quiere ayudar, por el terror de que sus empresas o sus intereses personales sean vinculados con la junta y de esa manera se puedan convertir en enemigos del gobierno también.
Desde hace varios años la institución sobrevive de mis aportes y gracias a la generosa ayuda del vicepresidente de la misma. También la directora ejecutiva gestiona donaciones, pero en general tenemos una institución a la que muchos timoratos Guayaquileños han abandonado, por el miedo a que lesionen sus propios intereses.
Hace dos años hice una asamblea en vista que algunos miembros reclamaban de que la junta se había politizado. Lo que nadie sabía es que el artículo 2.5 de los estatutos de la institución, nos obliga a defender los intereses y derechos de la ciudad de Guayaquil, de la provincia del guayas y del Ecuador de los gobiernos centrales o seccionales.
En esa asamblea y por pedido de los miembros, nos dedicamos a proyectos sociales y capacitación cívica. Desde ese día no admitimos la divulgación de lo que hacemos por la prensa. Por esa razón no he aceptado entrevistas en tv, radio o periódicos desde hace más de un año y medio. Como consecuencia de esa decisión hemos desarrollado 326 nuevos proyectos comunitarios. Hemos llevado a cabo más de la mitad de ellos.
Eso sí; jamás hemos dejado de luchar o defender a Guayaquil. Como ejemplo reciente, logramos en la corte constitucional de Quito la postergación de una perversa ley que prohíbe el derecho de reunión a todos los ecuatorianos. Hemos defendido a Guayaquil todos los días en que alguien ha pretendido mancillarla. Lo hemos hecho con altivez y poniendo nuestra vida de por medio. Luchamos por ella en la corte superior, en la corte nacional, en la corte constitucional, en la prensa, en la radio, en la televisión, en las calles, con letreros, con afiches, con escritos, con conferencias, con resistencia civil y siempre expresando nuestra protesta.
Hemos apoyado al primer funcionario de la ciudad en cada ocasión que nos lo ha requerido. En cada foro nacional e internacional, hemos protestado haciendo uso de nuestro derecho a la resistencia para defender a la ciudad.
Les escribo esto sin el ánimo de quejarme y peor jactarme. Todo esto está debidamente documentado. Si mi amigo no hubiera escrito, yo tampoco hubiera escrito. Nunca le he dicho lo que me pasa a nadie; muy pocas personas lo conocen. No soy de los quejosos que lloran por lo que les sucede, ni tampoco de aquellos que le reclaman a otros para que hagan lo que ellos deberían hacer.
Soy de los que mueren por sus convicciones. Todo el mundo me grita por las calles….!has pedazo al prepotentedale duro al prepotente! Todos me exigen que pelee. Nadie me dice: ¡VAMOS a hacer pedazos al prepotenteTE ACOMPAÑO a darle duro al prepotente! Nadie quiere embarcarse en una lucha por el miedo a que los persigan; nosotros si luchamos. Todos tienen miedo; nadie da la cara.
¿Qué dónde estamos? ¿Qué cómo defendemos a Guayaquil? Como presidente de la Junta Cívica soy director principal del aeropuerto, terminal terrestre, registro civil, corporación de seguridad ciudadana, metro vía, malecón 2000, Fundación Guayaquil siglo XXI, hospital Universitario, consejo universitario, Junta Cívica, entre otras instituciones.
Durante todo el año trabajamos para que la ciudad progrese y lo hacemos en cada trinchera que tenemos y podemos dar nuestro contingente.
En esas instituciones está el presente y el futuro de la ciudad de Guayaquil. Los que me conocen saben de antemano, que mataría o moriría si alguien se atreviera a tocar a Guayaquil o a sus instituciones. A nadie que sepa como soy, se le ocurriría decir que soy cobarde o que tengo miedo y por eso me callo.
¿Qué cómo defendemos a la ciudad? Impidiendo que la lesionen; pero haciéndolo de manera inteligente. Al querido amigo que me plantea públicamente que donde está la junta, públicamente le pido que nos done una cantidad mensual de dinero para apoyarla.
Le propongo que nos aporte cinco mil dólares mensuales durante un año, que es lo que me cuesta mantenerla. También públicamente me comprometo a nombrarlo vocero de nuestra institución y darle toda la libertad de acción que necesite, para que lidere la lucha por la defensa de la ciudad de Guayaquil.
La junta se compromete a apoyarlo en lo que sea. Para que no sea lirismo lo que digo, ni frases patrioteras, lo espero el jueves 23 de este mes a las doce del día en las oficinas de la Junta.
Frente a la prensa del país que estará invitada, le recibiremos la donación del primer mes, para luego firmar un contrato para que lo siga haciendo durante un año y a renglón seguido lo posesionaremos como el vocero de la junta, para que con todo ese indomable ímpetu que le inculca a sus preguntas, también pueda tener la oportunidad Cívica de defender el honor de la ciudad.
Cuando uno carece del poder y lucha contra el poder, debe hacerlo con inteligencia. No es cuestión de gritar y patear. No se puede pelear con el hígado, se debe pelear con el cerebro. Hay tiempos para hablar y tiempos para callar. Un buen peleador no es aquél que pelea como desquiciado. Un buen luchador es el que sabe cuándo golpear y cuando aguantar. No pelea mejor el que más grita, sino el que gana la pelea. Héroes son los que teniendo miedo; lo vencen. Los inconscientes no lo tienen. Soy un inconsciente que daría su vida por Guayaquil. No soy súper macho; ni muy valiente, simplemente no lo tengo. Muero por mis convicciones. Para mí es mucho más difícil callar que protestar. No sé si con lo que he escrito, les he dado una breve explicación de lo que tratamos de hacer. Posiblemente para algunos que desconocen lo que pasa en la ciudad, la Junta no está haciendo nada para defender sus intereses.
Que no me venga nadie con que no luchamos por Guayaquil. El que así lo crea que venga y nos acompañe a luchar… La junta Cívica de Guayaquil lidera la resistencia nacional. En lugar de hablar sobre lo que deberíamos hacer, deberían hacer lo que tienen que hacer para luchar por Guayaquil.
Es cómodo decirle a otros que hagan las cosas; lo difícil es hacerlas uno mismo. De lo que sí estoy plenamente convencido, es que la junta Cívica de la ciudad de Guayaquil está haciendo por Guayaquil; mucho, pero muchísimo más que quien reclama para que nosotros hagamos algo, pero sin haber hecho nada por la ciudad de Guayaquil…