Señor Presidente:
Deseo referirme al desalojo de los asentamientos en la zona de Monte Sinaí como la mayor incoherencia de su gobierno “revolucionario”. Confieso que me encontraba escribiendo sobre la aprobación de la Ley Orgánica de Comunicación; sin embargo, luego de enterarme del desalojo a los pobladores del Monte Sinaí, ordenado por la gobernadora del Guayas, pensé que era necesario, por la urgencia, escribirle sobre este tema que, en un aspecto particular, revela la verdadera intención de la LOC.
Leo en El Comercio, El Universo y en Internet una noticia que, como es de esperarse, no aparece en medios oficiales como El Telégrafo por ejemplo. Lamento que un gobierno que se califica como progresista deje en la intemperie a mujeres, niños y hombres por el simple hecho de ser pobres e intentar, en su pobreza, tener una vivienda que su Gobierno, ese del Buen Vivir no puede proveerles. Lamento que la “maravilla” de Constitución fabricada en Montecristi se evidencie tan fríamente como lo que realmente es, un libro grande e inservible, escrito con una cursilería tal que sus enunciados quedan solo como una manifestación clara del absurdo populista.