“El matrimonio es un 97 por ciento de conversación”.
Oscar Wilde
“La vida conyugal es una arca que lleva dos personas en medio de un mar tormentoso; si uno de los dos hace algún movimiento brusco, la barca se hundirá.”
León Tolstoi
En el mundo actual el concepto de pareja incluye diferentes tipos de uniones de personas de diferentes géneros, por lo que lo que expreso en esta reflexión puede aplicarse a todos o exclusivamente a la pareja tradicional formada por un hombre y una mujer.
La vida es un viaje que, dependiendo de la acertada elección de pareja, puede enriquecernos y proporcionarnos momentos de felicidad y sobre todo de compañía y cuidados mutuos, entre otros aspectos.
Hay quienes prefieren la soledad evitando el compromiso y responsabilidad de la vida en pareja. El ser humano sigue siendo y sintiendo, como los animales, la necesidad de disponer de un territorio, de un espacio de vida y acción.
La unión de las parejas implica renunciar al propio territorio o espacio y crear en la unión, uno común para las dos personas sacrificando cada uno, parte de esos espacios que significan muchas cosas, no solo materiales y de nuestras mentes y cuerpos, sino además intelectuales, culturales, higiénicas y más.
Por ello el éxito de la vida en pareja requiere un fuerte ingrediente de mutuo amor para alcanzar los equilibrios y la felicidad.
El amor lamentablemente es diferente en la percepción, sentimientos, en su duración y resultados para cada pareja. En un mundo globalizado, tecnificado, hipercomunicado, con masivas migraciones, las uniones de parejas se dan por muchos y diferentes motivos y no necesariamente por amor. Contactarse por internet y formar pareja es una forma de “amor electrónico” o una moda actual, global de conocerse y después comprometerse, que ha funcionado en unos casos y fracasado en otros.
Cuando son otros los ingredientes que unen a las parejas, como el dinero, la soledad, el sexo, la fama y tantos otros, la unión de las parejas puede durar poco, según las circunstancias.
Por ello quizás vivimos en un mundo en que las uniones que duran toda la vida, hasta que la muerte los separe, son cada vez menos.
En un mundo donde todo es descartable, reciclable y marcadamente materialista, la unión de las parejas está funcionando en el marco de esos parámetros, ya que importa cada vez menos la responsabilidad de los hijos, el amor que dura poco o fue más ilusión y enamoramiento, que auténtico vínculo de unión. Hay por ellos muchos niños afectados por el rompimiento de la unión de las parejas. Es muy difícil juzgar, sentenciar o criticar las crisis de las parejas, pero no hay duda que dichas crisis tienen en crisis a la sociedad, a la familia, a las religiones y a muchas instituciones, afectándolas de una u otra forma como en la educación, la salud, las legislaciones y la convivencia entre los humanos.
Considero que debemos reflexionar con más profundidad y análisis las consecuencias de las crisis de las parejas y buscar soluciones equitativas y equilibradas.
Para concluir, algunos pensamientos celebres con algo de humor:
“Todos deben casarse, no es licito sustraerse egoisticamene a una calamidad general”. Moisés Saphir
“El que pide la mano de una mujer, lo que realmente desea es el resto del cuerpo”. Enrique Jardiel Poncela
“La cadena del matrimonio pesa tanto que es preciso sean dos para llevarla, y a veces, tres”. Alejandro Dumas, hijo
“No es la política la que crea extraños compañeros de cama, sino el matrimonio.” Groucho Marx
“Cuando afirmé que moriría soltero es que no pensaba vivir hasta que me casara”. William Shakespeare
“Un buen matrimonio seria aquel en que se olvidase durante el día, ser amantes y por la noche, ser esposos.” Jean Rostand