Comienza este domingo, el primer domingo de adviento, preparación para navidad. Serán cuatro domingos que podremos pensar, sentir y elevar el espíritu en busca de algo más que no sea compras, consumo, meras vacaciones, regalos que nos gastan y desgastan pensando si podremos comprarlos, si los necesitamos, si gustarán. Es una época estresante, donde el derroche en cosas materiales, la violencia crece. Todo lo contario de los anhelos cristianos que se predican, razón de ser de la fiesta ¿Cuál mismo es el mensaje de la navidad?
Y tú, querido joven, ¿qué harás? Tendrás dos semanas de vacaciones. Te quedan ya menos de dos meses para terminar todo lo académico y se fue un año más de vida, de estudio. ¿Por quién palpitan los latidos de tu corazón? Tus ideales, ¿se van aclarando? ¿los vas haciendo posible? O ¿lo dejas para después? Mientras tanto qué…
¿Dónde encontrar la ternura de Dios que se expresa en los mensajes bíblicos de esta navidad? Muchos se contentarían con saber, otros con experimentar. ¿Dónde estás Señor de la Vida, padre de Jesús? El siguiente relato me ayudará a pensar si es que descubro lo más íntimo, lo más mío:
Padre e Hijo salieron de excursión rumbo a la montaña. El Padre le había prometido llevarle a un lugar encantado, y a pesar del esfuerzo subían ilusionados. –Hemos llegado- le dijo el padre con una sonrisa misteriosa-GRITA lo que quieras y vas a ver lo que sucede.
¡AHHHHHHHHHH!!!!-grito el niño sin estar seguro de lo que hacía. Para su sorpresa, alguien repitió el mismo grito: -¡AAAHHHHH!!! Lleno de curiosidad, el niño preguntó a gritos: ¿Quién eres tú? – Recibió como respuesta un “¿quién eres tú?” idéntico al suyo. Enojado con la respuesta gritó: -Cobarde ¡Cobarde! le respondió también gritando la voz desconocida.
El niño miró desconcertado a su padre y le preguntó: ¿Qué es lo que pasa en este lugar encantado? –Presta bien atención le dijo sonriendo el padre y gritó con todas sus fuerzas ¡ERES MARAVILLOSO! La voz respondió: ¡Eres maravilloso!
El niño estaba asombrado pero no entendía. Entonces, el padre le dijo: -la gente lo llama ECO, pero en realidad es la VIDA. Ella te devuelve todo lo que dices y haces. No olvides nunca, hijo esta lección. Si quieres recibir bondad, comprensión, cariño, dalos tú primero.
Para los que decimos ser cristianos, y nos preparamos en el adviento, que va más allá de oraciones, novenas, cantos, chocolates o dulces, podremos gritar lo más profundo y sincero que late en nuestro corazón, que será en realidad lo que buscamos, anhelamos: paz, amor, esperanza, ternura, salud, dignidad, fraternidad, libertad y belleza. Estos anhelos serán el eco de Dios, pues es en lo más íntimo de nuestro corazón y consciencia donde Él quiso quedarse después de que nos dio todo, nos dio su Hijo, nos dio su Palabra Definitiva: ENMANUEL: DIOS CON NOSOTROS.
Dios no habla por eco, su Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros, pero lamentablemente, los hombres, hemos convertido la voz en eco, no reconocen LA PALABRA ante el ruido de las cosas accidentales que nos preocupan y ocupan. EL ES VIDA y la vida está para disfrutarla, cuidarla y embellecerla. Los hombres preferimos gritar para escuchar lo que queremos, otros lo que anhelamos, lo que necesitamos y alguno para acogerla. Hoy la voz de Dios resuena con más fuerza en muchos hombres y mujeres que anhelan esa vida digna y libre. No olvidemos su forma concreta: en brazos de una doncella o la sonrisa de un niño recién nacido, su grito, su llanto de vida.