El 3 de septiembre del presente año publiqué un artículo titulado “Pascuales y los Taxis del Terror (Las tricimotos)”, a través del cual comentaba y denunciaba el caos vehicular por el que actualmente atraviesa la Parroquia Pascuales, en función del abuso de parte de quienes conducen las peligrosas tricimotos. En dicha entrega creo haber sido directo y convincente del gravísimo problema que está atravesando Pascuales, y del cual poco o nada se está haciendo por parte de las respectivas autoridades a fin de controlar dicha situación.
A decir verdad, esa falta de planificación, control y aplicación de estrategias en el tema de educación vial por parte en este caso de la CTE, y por el latente temor a las represalias que advierten ciertos ciudadanos del lugar, está permitiendo que esas infernales maquinas, conducidas irresponsablemente por jóvenes y adultos al margen del mínimo sentido y respeto a la ley, aquellos tengan prácticamente sitiada y asfixiada esa Parroquia.
Hace unos pocos días, las autoridades de la Dirección de un conocido e importante plantel educacional de nivel primario y secundario, ubicado obviamente en Pascuales, me comentaban sobre los graves peligros a los que día a día están expuestos los niños y los jóvenes de dicho plantel, debido a la agresividad e irresponsabilidad de los conductores de estos aparatos, y que es absolutamente prioritario que las autoridades de tránsito resuelvan dicho grave problema. Para tal efecto, hice la gestiones necesarias a fin de contactar con el Director Ejecutivo de la CTE y solicitarle que disponga tantos y cuantos operativos sean necesarios para controlar ese intolerable tráfico vehicular, pero debido a que aquel momento dicho funcionario no se encontraba en su despacho, fui atendido por uno de sus asesores quien me dijo que; efectivamente, esas tricimotos se han convertido en uno de los más grandes problemas para dicha institución, pero que si se dirigía un oficio a la Dirección Ejecutiva, solicitando se tomen las urgentes medidas que el caso amerita, entonces se dispondría un operativo a fin de empezar a solucionar dicho problema.
Lo más asombroso del caso es que las autoridades de dicho plantel están evitando dirigir dicho petitorio a la CTE por temor a ser víctimas de cualesquier tipo de represalias “por parte de los señores conductores y dueños de sus infernales “taxi motos”…??????”
No es para nada correcto que se mantenga pues una posición de temor ante estas circunstancias, ¡NO SEÑOR! Y de esto pude darme cuenta de que así piensan incluso ciertos miembros de la CTE; es decir, que sucumben ante el abuso de unos cuantos simbióticos tricimoteros. Con este criterio, bien podría decir yo, o cualquier otro ciudadano a quien se le pegue la gana, que debido, por ejemplo, a los operativos de control de velocidad en avenidas y carreteras del país, mismos que representan cuantiosas multas para quienes infringen la ley, “que podemos sentirnos con el derecho de oponernos a la ley, y/o a cuanta autoridad de transito se nos antoje. Meterles miedo, y lograr que piensen que si se meten con cualquiera de nosotros, muy fácilmente se harían acreedores hasta de una tamaña golpiza, o que se yo”. Siendo aquello pues en este caso, el proceder de los señores al volante de sus maquinas infernales llamadas tricimotos.
No entiendo porque nos hacemos de oídos sordos y de ojos ciegos a tan grave situación. Que están esperando entonces las autoridades de tránsito para disponer a sus subalternos que apliquen la ley para evitar así muchas desgracias…? O será acaso posible que presuman de que los niños, los ancianos y cualquier ciudadano que ahí habite y/o trabaje, sean considerados como ciudadanos de 5ta categoría..?
En lo personal, no tengo ni me inspira ningún tipo de temor la conducta de quienes se han convertido en desadaptados y grotescos conductores de sus contaminantes maquinas, claro que no. Además, aquellos contaminan el medio ambiente con sus estrepitosos ruidos al ir conduciendo sus mamotretos con el máximo del volumen, cual si fueran discotecas ambulantes. Y cuidado se piense de que estoy en contra del derecho ajeno a trabajar y llevar el sustento diario a su hogar, ¡POR SUPUESTO QUE ESE NO ES MI RAZONAMIENTO! Lo que sucede es que estoy en total desacuerdo en que; so pretexto de aquello, se vulneren los derechos de las personas, y conviertan en esta caso a Pascuales en una especie de infierno selvático, sin respeto a nada ni a nadie.
Vamos pues, habitantes de Pascuales a sacudirse ese infundado temor, dirigiéndose entonces ante la Dirección Ejecutiva de la CTE, Ing. MICHAEL DOUMET CHEDRAUI; y, por respeto a sus niños y sus ancianos, solicítenle que disponga tantas y cuantas acciones sean necesarias para ordenar de una vez por todas el tráfico vehicular de esas tricimotos en su Parroquia, evitando así que cualquier momento suceda una desgracia.
Vamos pues, señor Director Ejecutivo de la CTE. Empiece por planificar ordenadamente los respectivos operativos, disponiendo incluso un censo de esos aparatos, y fácilmente notará que dicho parque automotor de tricimotos rebasa abismalmente las estadísticas y las cantidades sugeridas y permitidas para su circulación.
Yo vivo aca an USA 1952 y si mal no recuerdo habia una tradicion que quien pasaba por Pascuales tenia que ir al Parque a besarle la cola a una estatua de
un mono para tener buen viaje.
A lo major si los tricimotoristas tienen que seguir con esa costumbre por superticion disminuyen la velocidad.