21 noviembre, 2024

Novela de Navidad

“En su primera Navidad, por lo demasiado tiernita, no pudo gozar de la alegría de estas fiestas y nadie le prestó mayor atención”

Frase que consta en el libro “Recuerdo del natalicio”, lo escribió mi mami cuando yo nací. Me lo entregó hace unos meses y al leer lo que dice sobre mi primera Navidad encontré la explicación del sentimiento dual que me inunda cuando el aire del mundo se impregna con el aroma navideño, las vitrinas, las calles, las casas y la gente lucen como luce todo en Navidad, rojo, verde y dorado.

En este artículo voy a ser honesta conmigo y también con los lectores, y voy a intentar explicarme y explicarles el porqué de lo que yo entiendo como una estupidez más de un mundo materialista, una falsedad más de una sociedad hipócrita, un sinsentido del sentido de la espiritualidad; a la vez, quiero entender la nostalgia de esta época, la calidez del ambiente y la añoranza del amor…

Ya no soy tan tiernita como entonces, cuando mi mamá escribió lo que escribió; me doy cuenta de que la gente no le presta mayor atención a nada, porque cada quien está sumido en su propio problema, en su deseo personal, en su existencia.

El querer demostrar caridad, que es justamente querer decir que si amo a otro, a los demás, a todo el mundo si es posible, es como un escaparate para ser vistos, para no quedarnos fuera de la solidaridad navideña. Regalos bajo el árbol, la amiga secreta, la fiestita del curso o de la agrupación, los villancicos en los centros comerciales y el verde y el rojo por todos lados. Me siento atrapada en una especie de telenovela, una novela, la novela navideña, a donde todo parece ser bueno, a donde no hay lugar para el mal…después de Navidad llega el Año Nuevo, y tal vez hasta el seis de enero, con los Reyes Magos, la magia se acaba…y entonces llegan las cuentas para unos y para otros llegan los exámenes finales, la tragedia del mundo continua…

La algarabía del mundo, una ficción, ésta es una época estúpida que nos atrapa a todos. Éste año pensé en no armar el árbol de Navidad, pero fue imposible, la tradición ganó y ahí está el árbol, con sus duendes, sus hadas, las figuritas de Enrique VIII y sus seis esposas, y sus huevos, ¡sí! Los compré en Londres, a dónde se puede encontrar de todo para decorar el hogar, hasta la réplica de los huevos reales.

Pese a toda mi descarga antisocial y mi rebeldía con las tradiciones, algo hay, algo que no se ve, que está más allá de los colores, la cena, el árbol, Papá Noel y el pesebre, quiero creer que ese algo es el sincero deseo de muchos corazones, de esas personas que creen en lo que están rememorando, en ese cumpleaños milenario al que se le ha puesto una fecha, pero que en realidad debería celebrarse cada día…

Ya desahogue lo malo, pero hay mucho de bueno, porque es cierto, el Amor ha escogido una fecha para que recordemos que ser buenas personas es posible.

Ser buenos, ser honestos, compartir, visitar, estar alegres, cenar juntos, jugar juntos, vivir…eso es Navidad. Navidad significa: Nacimiento de la vida para ti. Que así sea.

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