Habíamos llegado del campo a la Ciudad; nos hospedábamos donde unos familiares y solo se pensaba en las fiestas próximas.
Era diciembre, mes en que solo se habla de juguetes y como era costumbre acá, todos los niños escribían al Niño Díos, con tiempo, pidiéndole lo que ellos más desean para navidad.
Yo, a mis hijos Federico de seis años y Margarita de cuatro –todavía no teníamos los otros dos: Caty y Ricardo- les había fantaseado, desde que me entendían, sobre los juguetes enviados del cielo por el Niño Dios, quien por ser tan pequeño mandaba a Papá Noel o Santa Claus con ellos. De este modo había yo combinado nuestra fantasía tradicional con la extranjera.
Mis pequeños, por tanto, amaban a “Papá Noel” y, justo, en estas fechas me acribillaban a preguntas sobre él; habían días que yo repetía desde el amanecer hasta el anochecer el mismo cuento: Muchas veces les dramatizaba su entrada por las ventanas y chimeneas y ellos suspiraban diciendo… “Si pudiéramos verlo nosotros”… Pero él llegaba tan tarde y nunca lo veían, porque creyendo que mientras más temprano se acostaban, más pronto llegaría la media noche, se quedaban dormidos y solo despertaban al amanecer llenos de juguetes.
Mas, todo fue de repente: un día, los diarios anunciaban la llegada de Santa Claus a la ciudad de Guayaquil-Ecuador con juguetes para los niños huérfanos de una escuela. Yo leí la noticia en la cama, me puse de pie y me dije: -Al fin mis pequeños lo conocerán…un sueño hecho realidad-Hoy o nunca-“es preciso que lo conozcan ahora, luego no hace falta; pronto mis hijos crecerán y sabrán la verdad”, entonces ¿Por qué no brindarles un poco más de inocente mentira? y en común acuerdo con mi hombre amado, preparé a mis hijos para ir a recibirlo.
Ellos no cabían de gozo, llegaría dentro de dos días y aproveché de esto para mantenerlos a raya en sus travesuras.
Casi no podían creerlo-¿Cómo será?-¿por qué viene ahora y no la noche del 24?- me preguntaban-, pero he aquí otra mentira que tuve que decirles “Como la tarea de repartir juguetes a todos los niños del mundo es muy ardua, para descargarse de trabajo había dispuesto traerlos hoy para los niños huérfanos de tal Colegio, y luego vendría por los otros, entre los que estarían ellos”
Así llegó el gran día, tío Douglas nos llevó en su auto hasta el aeropuerto. Los diarios anunciaron la llegada del avión para las trece y treinta del día, mas al llegar a la sala nos avisan de un retraso en el viaje y el arribo sería ahora a las quince horas, “No importa ¡Nos quedamos!” Dijimos todos a una voz…Y esperamos ansiosos.
Siempre admiré a los EE.UU. y hoy lo bendecía. La Ideal Toy Corporation, Sandy Becker y aerovías Panagra*, enviaban a Santa Claus en una gira de buena voluntad con juguetes para doscientos niños de Guayaquil; ellos ya estaban escogidos; pero igual que ellos fuimos tantos padres con sus hijos para que lo conocieran.
La sala de espera de Panagra estaba atestada de gente, niños de toda edad y de algunas nacionalidades cruzaban el salón con solo una idea. ESPERAR A SANTA CLAUS O PAPA NOEL…
La torre de control tiene que haber anunciado su llegada, pues la banda de música del Colegio religioso, que era el que recibiría los juguetes, comenzó a sonar y los niños entonaban villancicos allá en la pista de aterrizaje.
Nosotros habíamos tomado buen sitial junto a las ventanas, de la sala de espera.
Estábamos frente a donde pararía el avión.
¡Y llegó el avión…!
La salida fue planeada para que primero aparecieran los pasajeros y Papá Noel saliera después. Mis hijos como todos, estaban paralizados de angustia, comenzó la banda a tocar… “Noche de Paz” y he aquí, que me sentí niña y lloré de emoción.
Todos cantábamos, grandes y chicos: lo canté con mis hijos en español como todos los de mi tierra, a mi lado una señora francesa lo cantaba en su idioma, mientras unos niños cantaban en inglés con sus padres.
¡Al fin bajó! Y de los pechos de todos los niños salió un ¡Oh! de asombro, Santa Claus saludó y… luego fue el bullicio…
Mis hijos que primero lo miraban con temor como algo sobrenatural, comenzaron a gritar ¡“Papá Noel” “Papá Noel”! y comenzamos en loca carrera a abrir puertas y querer romper cordones policiales para estar más cerca de él.
Mi hombre llevaba a Margarita y yo, de la mano, con Federico y otra amiguita corríamos para alcanzarlo. Santa Claus se subió a una tarima preparada para él, mi hijo se sintió muy abajo y lo cargué; no tomé en cuenta mi impecable traje de lino blanco, ni el peso de él y lo mantuve así durante todo aquel tiempo. Ellos clamaban por una mirada siquiera de Santa Claus; lo llamaban a gritos y aunque él no los oía entre la multitud, no se cansaban de hacerlo.
Sacó sus juguetes, los entregó a los niños de la escuela señalada y luego se despidió. En su fuga, mi hija loca de frenesí, se le arrojó al cuello, le tocó la barba, él la acarició, ella se maravilló y como tocada por algo mágico, se le llenaron de luz sus ojos y hasta después de muchos días, decía feliz… “Y me tocó la cara”… “y yo lo abracé”…
- Compañía de aviación internacional, única en esa época.
soy guayaquilena vivo en Miami desde 1952,me di cuenta que esto paso hace unos cuantos anos cuando Panagra volaba e ibamos al aeropuerto
con traje de lino,algunas veces sombrer0 y guantes.
Ya desde entonces se usaba al Viejo vestido de Colorado que ahora lo han casado
pues hay una Mrs Claus, pero no se les ensenaba que los tres reyes magos llevaron oro, incienso y mirra al Salvador Nacido en Belen.
Ojala que los padres tengan tiempo de ir a la Misa de Gallo con sus hijos y
presenciar el momento cuando el Sacerdote entra con el Nino Jesus en sus brazos y lo deposita reverentemente en el Pesebre.
Feliz Navidad 2014.
Magos llevaron incienseo, oro y mirra al Hijo de Dios nacido en Belen.
Ojala que en las casas y en las tiendas pongan un Nacimiento ,que las familias
puedan asistir a Misa de Gallo y ver el momento solemne en que el Sacerdote
entra con el Nino Jesus y lo coloca muy reverentemente en el Pesebre
Feliz Navidad para Ud y familia.