“Lo más difícil de este mundo es poder decir y pensar lo que todos dicen sin pensar”.
Alain
“Lo que se sabe sentir se sabe decir”.
Miguel de Cervantes
“Diez lenguas que afirman no valen dos ojos que ven.”
Proverbio siamés
“Quien sabe hablar, sabe también cuando ha de hacerlo”.
Pitágoras
Con estos primeros pensamientos inicio la importante reflexión sobre algo que es privilegio de los humanos sobre los demás seres vivientes de nuestro planeta, poder hablar. Hablando podemos construir pero también destruir, podemos declamar hermosos versos y con la música convertir en cantos nuestras expresiones verbales.
Hay muchas virtudes en el hablar bien pero también muchos pecados en usar nuestra expresión verbal para ofender, destruir, engañar, manipular y, con la demagogia, manejar políticamente a los pueblos para el bien o el mal, para la guerra o la paz.
El Conde de Romanones expresó: “Los discursos sin contradictor en realidad no son discursos sino sermones; sermonear es mas fácil que discutir, porque es solo dogmatizar”.
Estamos cansados de los sermones de los políticos que a lo largo y ancho del planeta esclavizan y tratan de fanatizar a sus pueblos con sermones diarios o semanales.
Mark Twain nos dice: “Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar toda duda”. Con tantos habladores podemos conocer, disipando toda duda, la cantidad de estúpidos que se cruzan en nuestras vidas.
Pero también: “Es mísero callar cuando importa hablar” Salustio.
Muchas veces no hablamos, callamos y nuestro silencio puede ocasionar más daño que beneficio, cuando hay que defender valores, libertades hay que hablar; callar puede ser interpretado como aceptar lo que otro u otros expresan y así nuestro silencio es cómplice de errores, abusos, daños y más que puede ocasionar el hablar de otros.
Por ello debemos aplicar la máxima de Pitágoras que encabeza esta reflexión :“Quien sabe hablar, sabe también cuando ha de hacerlo”.
Este privilegio de los humanos de hablar, debe servirnos para entendernos y conocernos mejor, para buscar la paz, la armonía, para hablando construir un mundo mejor, no de palabras sino de acciones que impulsen y generen las palabras, bien y oportunamente expresadas en las aulas, foros, en las conferencias, reuniones políticas, empresariales, sociales, científicas, familiares y más; por ello, el dicho popular que dice: “hablando se entiende la gente”, hablemos bien y claro, expresando nuestras ideas y pensamientos para lograr un mundo mejor.
Que todas las voces se expresen y todos los oídos escuchen, para construir y no para destruir.
“Los puñales, cuando no están en la mano, pueden estar en las palabras”.
William Shakespeare.