“Las personas más exitosas son aquellas que eficaces en el Plan B” (J. Yorke) La vida es un camino y a veces tropezamos, no siempre que trazamos una hoja de ruta o una meta la conseguimos, deseamos ser mejor, volvemos a lo mismo. ¿Cómo crear futuro con seres tan inestables y vulnerables como somos los humanos? Hace falta un plan B, ese surge de la reflexión en el camino, de aprovechar las oportunidades y de entender que “CAMINAR es precisamente el arte de mirar el horizonte, pensar adónde queremos ir, y también superar el cansancio que surge del andar”.
BIENVENIDO 2015 no es un mero acoger lo que nos depare la sorpresa de un nuevo año. Esto se dará, sino también preparar ese encuentro con lo que vendrá. Esto solo se consigue con el desarrollo de lo planificado, como de lo anhelado. Para ello, todo hombre y mujer deberá caminar, construir y profesar.
Somos peregrinos en este mundo, de eso no hay duda, caminemos, entonces. Pero nadie camina sin sentido, el mismo vagabundo anda buscando algo. Por eso construyamos algo significativo, no un monumento a nuestra vanidad ni egoísmo, sino algo que deje huellas para ayudar a otros a caminar: ser un buen docente, mejor profesional, extraordinario padre/madre, inolvidable amigo son cosas que construyen vida y sociedad basada en sólidas convicciones, por eso es importante profesar nuestras creencias, no quedarnos en buenas intenciones, sino explicitar y comunicar los anhelos y deseos del corazón valiente que camina y desea caminar con otros para vivir con dignidad y sentido.
Muchos líderes y seres humanos entendemos el éxito de la vida como el alcanzar una meta y gozar de ella. Eso es ser líder ineficaz, no entender la vida. Cuando el padre Jorge Mario Bergoglio SJ, se convirtió en obispo, luego cardenal y por último Papa Francisco, máxima autoridad en la vida de la Iglesia se asomó al balcón de San Pedro, dijo; “Ahora empecemos este camino”. Es otra la idea de ser líder, de entender el camino de la vida.
El Papa Francisco tuvo un encuentro con jóvenes de centros educativos jesuitas. Entabló un diálogo de preguntas y respuestas en vez de los consabidos discursos o sermones. Uno de los jóvenes intervino y manifestaba al Papa que “estaba… estaba tratando de ser creyente. Sin embargo tengo dificultades. A veces me saltan las dudas. Quisiera pedirle algunas palabras que me ayuden en mi crecimiento”.
Tú papá, mamá, educador: ¿qué hubieras contestado? ¿Cómo responder a la pregunta sobre la creencia en Dios? El Papa no acudió al dogma, ni al catecismo con sus respuestas estereotipadas, aludió a los desafíos del camino, no solo de la fe religiosa, sino de la misma vida humana:
“Caminar es un arte; si vamos siempre de prisa, nos cansamos y no podemos llegar a nuestro destino. Pero si nos detenemos tampoco. Caminar es precisamente el arte de mirar hacia el horizonte, pensar adónde queremos ir y superar el cansancio que surge del andar. A menudo el camino es difícil de transitar. Quiero seguir creyendo en este camino, pero no es fácil. Hay días de oscuridad, de fracaso, y algunos días de caída. Pero piense siempre en esto: no tengas miedo al fracaso, no tenga miedo de caer. En el arte de andar no es el caer lo que importa, sino quedarse postrado. Ponte de pie y sigue caminando. Pero no camine solo, es terrible y tedioso. Camine en comunidad, con amigos, con las personas que nos aman, esto nos ayude a alcanzar el destino adonde debemos llegar. No sé si te he respondido. No tengas miedo del camino”. (Discurso a estudiantes, 7 de junio de 2013).