Acabamos de pasar por un acto terrorista impresionante: Un grupo de fanáticos musulmanes, fuertemente armado, entra a las Oficinas de un semanario francés y asesina a todos los que estaban laborando. Ya había antes amenazado con hacerlo, pero el dueño del diario decía que él no tenía recelo de que lo maten, porque no tenía familia.
Todo acto de terrorismo es totalmente injustificado entre seres pensantes. Ni entre animales existe el matar por el placer de hacerlo. No hay nada que pueda justificar una acción violenta. Este tipo de terrorismo debe ser eliminado del planeta.
Aclarando que nada puede justificar este tipo de acción, quiero analizar otro terrorismo que desgraciadamente impera en el mundo y que en sus grados menores, es muy común desde la escuela, lo que conocemos como bulliyng, que es el abuso del más poderoso sobre otro o sobre otros. El que tiene el poder abusa de los demás, y muchas veces no es necesario ni siquiera tener el poder, sino la osadía de hacerlo. El caso típico del matón del barrio.
Si entramos a la página de Charlie Ebdo, podemos ver la categoría de gráficos que publicaba, denigrando a personajes actuales y pasados, con los que podamos o no estar de acuerdo, a quienes pone en posiciones, por decir lo menos, irreverentes, lo que intentaría justificar lo injustificable de un acto de terrorismo de esa clase.
Toda persona que se cree con el derecho a decidir lo que le conviene a los demás, tenga o no la razón, está atentando contra la libertad. Dictadura es justamente eso. En mayor o menor grado, es el que sea uno el que decida lo que es mejor para los demás.
En el caso del semanario, se creía con derecho a expresarse ridiculizando algo o a alguien que para otros es sagrado, por demostrar que la mayoría está en contra de eso. Se va contra el respeto que debemos tener todos para el pensamiento ajeno. Un “Pancho Jaime” francés. Tu derecho termina donde empieza mi derecho.
Peor es la reacción violenta, que va más allá del “ojo por ojo” y lleva a un atentado terrorista que mata a inocentes y culpables, como tampoco es aceptable tomar la justicia por mano propia o la venganza.
Comprendo, pero es injustificable, la respuesta de impotencia de los musulmanes en su forma violenta de actuar.
El mundo debe alzarse para reclamar contra toda forma de atentado contra la libertad, pero también en contra del abuso del poder que coarta libertades y lleva al libertinaje.
No estoy de acuerdo con su opinión esta vez. O Ud. está por la libertad de expresión en toda su dimensión, o no está. No hay medias tintas. Francia es el país de Voltaire, personaje que también decía: «Aquel que te haga creer cosas absurdas, te hará cometer barbaridades.» Francia c’est le pays des lumières.. Es gracias a los franceses que la prensa del mundo entero goza de libertad de expresión; unos mas y otros menos, dependiendo del grado tercermundista donde se viva. En Francia NO existe el delito de blasfemia desde el 29 de julio de 1881. Los franceses pueden burlarse de las religiones que les de la regalada gana. Charlie Hebdo pagó con su vida la intransigencia de unos pocos talibanes que existen en todas las religiones. Charlie Hebdo murió para que nosotros sigamos siendo irreverentes antes TODOS los poderosos religiosos o no. Charlie Hebdo (semanal en francés) se publicaba en 40.000 ejemplares. Hoy se venderá a 5 millones de ejemplares.
¿Cómo evitar sentirse ofendido con la impertinencia de Charlie Hebdo y sus nuevos herederos? Muy simple: No lo lean. No compren sus periódicos, o viren la página. Es lo que hace un ser civilizado. Y no andar buscando excusas blandas, ni haciendo apología del terrorismo por debajo de la mesa. En la Francia de los Luises, al blasfemador se le cortaba la lengua y los labios; felizmente hubo la Revolución en 1789 y Luis XVI perdió su cabeza. Eran otros tiempos. Hay que evolucionar. Yo nunca leía Charlie Hebdo porque eran mas comunistas que Lenin; sin embargo me reía a carcajadas de sus ocurrencias. Hoy he hecho una suscripción en línea, para apoyar la libertad de expresarnos.
Charlie Hebdo (de «hebdomadaire» = semanal, que no «ebdo») forma parte de una herencia francesa de libertad extrema. Yo sigo, por ejemplo a dos de los irreverentes asesinados, Cabu y Wolinski, (de 76 y 80 años) desde que era un niño y siempre fueron iguales, hostigando a todo lo que representaba poder o/y fuerza. Decir «Toda persona que se cree con el derecho a decidir lo que le conviene a los demás, tenga o no la razón, está atentando contra la libertad. Dictadura es justamente eso.» (frase a la que le falta una coma) no es aplicable a una revista que se podía comprar o no, leer o no, criticar o no…