Mi reloj está marcando en este momento la 01h56 de hoy, 16 de enero del 2015. Tengo ya varias noches que no puedo conciliar mi sueño al 100%, debido a que cierto especial y nada menos importante tema, está invadiendo y molestando constantemente mi memoria. Aquello se trata de la agresiva invasión televisiva de publicidad religiosa por parte, en este caso, de la famosa secta “Pare de sufrir” (Iglesia Universal del Reino de Dios).
He leído mucho respecto de esta gente, he cuantificado además la potencial incidencia que estos personajes ejercen acá en nuestro país (me refiero en este caso a Guayaquil) en circunstancias que tanta y cuanta gente, ávida de fe, acude en búsqueda de milagros, al interior de lo que dichos personajes denominan “su iglesia“.
Ahora mismo estoy viendo en la televisión lo que ellos denominan “La hora del milagro”, y noto cierta mezcla de inocencia e ignorancia en cada uno de mis coterráneos durante los momentos previos, y posteriores de una supuesta sanación. Claro está que en primera instancia aquel evento determina lo que yo denomino como: “La compensación a la angustia”, situación en la cual, cada persona busca desesperadamente satisfacer, a través de lo divino, el beneficio de poder darle fin a sus problemas.
Cabría en este caso hacer un muy breve análisis de las prioridades que cada persona conlleva en dichas circunstancias para satisfacer sus necesidades, mismas que son puestas a consideración y decisión de cada uno de aquellos auto denominados Pastores y/o Ministros, a fin de que estos esbirros y/o simples maleantes, al servicio de un tamaño estafador brasileño llamado EDIR MACEDO (en la gráfica, “Obispo, amo y señor de dicha secta”), supuestamente, y “EN EL NOMBRE DE DIOS”, les otorguen sus peticiones y les concedan tan ansiado milagro. Incluso, he visto y escuchado los testimonios de humildes personas a estos grises personajes, en el sentido de compartirles que un familiar se encuentra muy grave en el lecho del dolor; y asombrosamente, con tan solo con el simple hecho de balbucear dos o tres palabras, colocándoles sus asquerosas manos en la frente da cada víctima, Y A DISTANCIA aquel delincuente le dice: TU FAMILIAR YA ESTA CURADO!!!!!! Y listo!!!, obviamente que la víctima se lo cree.
Créanme, faltaría mucha tinta y papel para poder comentar sobre todas y cada una de las estafas que estos infames personajes realizan en el entorno de un mundo que solo quiere y espera estar en paz con Dios. Pero, resulta que dicho oscuro personaje llamado EDIR MACEDO, proyectó lo que más le interesó desde el inicio de su ahora peligrosa y aberrante secta: ESTO ES, LA OBTENCION DE DINERO DE PARTE DE QUIENES A ELLOS ACUDEN!!!!!. De aquello, existen contundentes evidencias.
Macedo, acorde información que es publica, ha sido procesado en Brasil por estafa, robo, etc, ha llevado una vida de extremo lujo junto a su familia, se lo ha grabado en infinidad de videos en circunstancias en que les está enseñando a “sus pastores y ministros”, la técnica de esquilmar los dineros de los fieles. Es decir, que nuestro triste y celebre personaje ecuatoriano del mundo delictivo, llamado Dante Reyes, “El cuentero de Muisne”, no es más que un bebe de pañales en relación a este infame delincuente.
A ratos me da la sensación de que; debido a los reiterativos problemas que cada quien tiene, no nos detenemos ni un solo minuto a darle la importancia que dichos actos conllevan. Estoy cansado de observar la paciencia e indiferencia de parte de los administradores de justicia, respecto de estos gravísimos problemas, en los cuales, por cierto, no solamente están involucrados estos sectarios delincuentes oriundos del Brasil y otros países, que cada día invaden nuestro país, pues existen muchos y muchos más que; aprovechándose de la fe ciudadana, irrumpen y estafan el corazón de cada víctima, haciéndoles creer que ya son salvos, que ya están curados de sus males, y que además a la vuelta de la esquina encontrarán lo que tanto buscan: La abundancia económica.
Está totalmente claro que en nuestra actual constitución (así como en la anterior), se consagran las garantías al derecho a no ser discriminado por razones de RELIGION (Art.- 11, numeral 2), pero; en estricto derecho constitucional, un cosa es discriminar a quien profesa una religión, lo cual constituye un derecho pleno, y otra cosa muy diferente es no aplicar el peso de la ley a quienes precisamente se aprovechan de aquellas circunstancias, con la finalidad de obtener beneficios económicos para sí.
Resulta muy fácil, a mi entender, y sin necesidad de creer que se están vulnerando los derechos constitucionales, que existe una extensa gama de causales totalmente legitimas preceptuadas en nuestro actual Código Orgánico Integral Penal como para poder sancionar estos delitos, los mismos que por su configuración van desde: la Delincuencia organizada (Art. 369), Usurpación (Art. 370), Extorsión (Art. 185), Estafa (Art. 186). Es solo cuestión de que no le tiemblen las manos a los administradores de justicia al momento de enfrentar y aplicar todo el peso de la ley a estos procaces delincuentes.
Aclaro que no tengo el más mínimo temor por cualesquier acción de amenaza o daño que alguien o algún interesado pretenda ejercer en mi contra. Más bien creo y estoy plenamente convencido de que es nuestro deber, el tener el valor de denunciar estos ilícitos que definitivamente corroen y pudren el alma de quienes se alimentan económicamente de las infinitas ansias de los que buscamos y ansiamos una armónica y espiritual relación con Dios.
Por tanto, a poner las barbas en remojo aquellos que en similitud de actos; y, tras los preceptos bíblicos, perjudican económicamente a los fieles creyentes, y hasta practican de manera abominable el abuso sexual, el homosexualismo y la pedofilia, en contra de sus víctimas.
