Cualquiera que ocupe adecuadamente el puesto de mando mayor, va a experimentar lo que es la soledad absoluta. En él recae la decisión final.
Un ingrediente que existe es que su laudo perjudique al mínimo de humanos, bienes y caminos de recuperación. Quede constancia que es irrefutable que algunos serán magullados por algún tiempo, hasta que el futuro elimine la turbulencia.
Sin embargo, éste grupúsculo de fascistas comunistoides, en vez de pensar en los ciudadanos piensan en su “revolucionario” ego idolatra y mantenerse su teatro ballet.
La Fanesca es plato ecuatoriano preparado con una mezcla de granos hortalizas y “bacalao noruego”, sólo en la Semana Santa, según diversas recetas zonales. Y en esto le doy la razón al Rafael Correa: Hay varias “fanescas” que se observan en el país.
La más generosa en su mezcla es la del Gobierno en sí, hay sentenciados de la justicia, inciertos, violadores, injertos, políticos de varias camisetas, corruptos, monjas…
En la mesa de la oposición la “fanesca” está conformada de “yo-istas” ¡La última gota de agua en el desierto! Sin defectos, son un ángel y sin nadie que lo asemeje; ¡carentes de neuronas que no se percatan de que con la desunión le dejan terreno libre al titiritero!
He vuelto a leer lo que se considera la biblia para tumbar dictadores y monstruos con la exitosa resistencia no violenta. Es el libro más conocido de Gene Sharp (1973), La política de la acción no violenta. Que provee un análisis político pragmático de la acción no violenta como un método de utilizar el poder en un conflicto. Él acuñó el término «política jiu-jitsu» que consiste en derribar a tu oponente mediante un desequilibrio con una táctica política estratégica o maniobra.
El argumento clave de Sharp es que el poder no es monolítico; eso significa que no deriva de una cualidad intrínseca de aquellos individuos que están en el poder. Para Sharp, el poder político, el poder de cualquier estado (independientemente de su organización estructural interna) deriva de los individuos del estado. Su creencia fundamental es que toda estructura de poder se basa en la obediencia de los sujetos a las órdenes de los dirigentes.
Tomen especial nota: Si el sujeto no obedece, los líderes no tienen poder. En opinión de Sharp, todas las estructuras efectivas de poder tienen sistemas mediante los cuales imponen la obediencia de los individuos. Sistemas particularmente complejos para mantener a los sujetos obedientes. Estos sistemas incluyen instituciones específicas (policía, juzgados, entidades reguladoras) pero también pueden inspirar obediencia pretendiendo hacer implícita la idea de que el poder es monolítico (el culto divino a los faraones egipcios, la dignidad de la residencia presidencial, normas éticas y morales, y tabúes). A través de estos sistemas, los individuos son enfrentados con sistemas de sanciones (prisión, multas, destierro) o recompensas (títulos, riqueza, fama) que influye en la amplificación de su obediencia.
Comprender bien todo lo anterior proporciona los medios para la «resistencia no violenta» y da la oportunidad para efectuar el cambio dentro del estado. Sharp cita la visión de Étienne de La Boétie, que sostenía que si los individuos de un estado reconocen que ellos son la fuente del poder del estado podrían rechazar su obediencia y sus líderes se quedarán sin ese poder.
David Hume, filósofo del siglo XVIII, escribió acerca del mismo concepto en su Ensayo 4: Of the First Principles of Government. Noam Chomsky se refiere a este punto como la paradoja de Hume.
Son dos extremos opuestos democracia y dictadura y, sin embargo, también de las formas de gobierno más comunes hoy en día.
La democracia es: El gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo. Es decir, que son los ciudadanos quienes deciden las leyes, quiénes son los representantes para gobernar, etc.
La democracia es el sistema de gobierno más extendido en la sociedad occidental, a pesar de que en ocasiones se usa para esconder una dictadura no reconocida.
La dictadura es un sistema de gobierno en el que la soberanía se ejerce a través de una persona o partido político.
En su sentido más básico la dictadura es un Gobierno que no tiene en cuenta las leyes constitucionales, o las amolda para no ser controlado por nadie. Ni por la sociedad, ni por grupos políticos opositores y nada de elecciones porque no es voluntad suya que cambie el estatus de poder político.
Hay que unirse.