21 noviembre, 2024

El Club de Toby

Quien no ha escuchado hablar de las historietas de La pequeña Lulú y del famoso Club de Toby, grupo de chicos cuyo lema escrito es: “No se admiten mujeres”.

En 1935 cuando se crea el personaje, este tipo de actitudes discriminatorias a las mujeres no eran rechazadas, hoy concebir la exclusión a ciertas minorías es literalmente un atentado contra los derechos humanos.

A nivel mundial los países firman compromisos y convenios internacionales donde se comprometen a erradicar todo tipo de discriminación a la mujer, pues ello constituye una ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres.

La ONU de manera activa hace un llamado a los líderes mundiales que adoptaron la Declaración de Beijing en 1995, a “dar el paso” por la igualdad de género.

Hoy decirle a una mujer que no puede ser parte de un club, por el solo hecho de serlo no es “políticamente correcto”, pues ello no contribuye a superar la desigualdad.  Poner el cartel “No se admiten mujeres”, para muchos significa una afrenta que podría hasta calificarse de machista, sin embargo existen ciertas personas jurídicas sin fines de lucro que aún en sus estatutos conservan ese lema, lo cual no es ilegal.

En Guayaquil, se encuentra desde su fundación, en 1869, el Club de la Unión, donde si una mujer solicita ser socia esta no es admitida, por su sola condición de género. Dentro del clásico Club, en la parte inferior existe un área de bar, conocida como sitio “exclusivo para caballeros”, allí las damas no pueden entrar.  El Club desde su creación forja sus bases en “la caballerosidad y la hidalguía de quienes tienen privilegio de contarse entre sus socios” (no socias).

Las asociaciones privadas conforme a su estatuto pueden tener sus propias reglas como lo hacían el bonachón de Toby y su pandilla, donde su «cartelito» advertía que en ese club “no se admiten niñas”.  Me pregunto ¿sigue siendo el Ecuador en el año 2015 un país machista y «discriminador» de género? ¿Algún problema de misoginia en ciertos grupos?  ¿Que hacen los líderes al respecto?

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L. F. C.

Llevo varios días queriendo escribir esta pequeña entrega, pero cada tecla que digito me provoca un torbellino de gratos recuerdos, que no me permiten continuar, y del título de este artículo, no me sale una palabra más sin que rueden por mis mejillas unas lágrimas, por quien tuve la suerte y el honor de conocer, y quien con sus sabias ideas y enseñanzas, me inculcó que nuestra meta debe estar más allá de nuestros intereses personales, que nuestra meta, debe ser siempre velar por el bienestar de los más necesitados.

Conocí al “Presidente”, como cariñosamente le decíamos, durante sus dos períodos al frente de la Alcaldía de Guayaquil, cuando en una verdadera “revolución”, cambió el sentimiento de la ciudadanía, hacia el antiguo Guayaquil; elevó nuestra autoestima, y pasamos de ser meros habitantes de esta urbe, a decir con orgullo y altivez soy “guayaquileño madera de guerrero”.

2 comentarios

  1. Me congratulo por tales expresiones. En efecto estos códigos y reglas son discriminadores, pero no sólo para la mujer. La discriminación es generalizada contra la mayor parte de la población de Guayaquil, que no puede ingresar a dicho Club, precisamente por su estructura excluyente, que consagra la diferencia en la sociedad del Puerto, constituyéndose en símbolo de racismo y odio de clase a las mayorías.

  2. No se, a veces pienso que exageramos las cosas, un club es eso, y entre más privado es exclusivo, si yo creo un club y solo dejo entrar a mis amigos y alguien que no lo es no lo dejo entrar, ¿soy discriminador? o solo hago uso de mi libertad de elección, por otro lado todos discriminamos y diestra y siniestra, por ejemplo si a una mujer le propongo ser mi novia y ella me rechaza por ser pobre o ser feo, ¿ella me esta discriminando? o solo esta ejerciendo su derecho a elegir o yo no quiero ser amigo de alguien ¿estoy discriminando?, pueden parecer ejemplos tontos pero bueno, eso de la igualdad y derechos humanos, en ciertas brechas, rayan en lo superfluo y en lo absurdo, ojo, al tener la libertad de elección uno discrimina lo que quiere, la ropa, la comida, donde comer, las amistades, las parejas o ¿acaso en términos de elegir personas, no existe la libertad de elección?

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