21 noviembre, 2024

Justicia Laboral

Se encuentra listo el Informe para Segundo Debate del «Proyecto de Ley Orgánica para la Justicia Laboral y reconocimiento del trabajo en el hogar».

Nunca me han simpatizado aquellas críticas que solo ven «el punto negro en la sábana blanca»; con esto no quiero decir de ninguna manera, que este proyecto sea una sábana blanca con un punto negro, más bien considero que podría ser una sábana negra con varios puntos blancos.

Lo positivo: el desahucio. Me congratula leer que la comisión corrigió el error que pusieron en el informe del primer debate y «recularon» la propuesta original del Ejecutivo. Bien por los trabajadores que ahora recibirán su justo desahucio sin la engorrosa necesidad de enviar un oficio al ministerio. Ahora ese 25% de bonificación de la última remuneración mensual por cada año de servicio, la recibirá el trabajador aun cuando este decida renunciar. Las garantías para los dirigentes sindicales también son una reivindicación a sus derechos, con la ineficacia de su despido intempestivo al igual que el de la mujer embarazada; este último sintoniza con lo que pregona nuestra Constitución cuando prohíbe el despido de la mujer asociado a su condición de gestación y maternidad. ¡Otro acierto!

No puedo estar de acuerdo con limitar la distribución de utilidades y mucho menos con que el excedente sea entregado al Estado, pues constituye un perjuicio al trabajador, quien fue parte del proceso productivo. Tampoco comparto los límites a las brechas remunerativas, pues atenta contra el derecho a la libertad de contratación, constituyendo además una grosera intromisión a la propiedad privada. Lo más preocupante es la eliminación del 40% que el Estado aportaba a la Seguridad Social, pues sin un real estudio actuarial, un riesgo en los pagos a sus jubilados y afiliados es probable. Será interesante seguir de cerca el debate y aprobación del texto y ver quiénes son los asambleísta que votarán por dicha eliminación. A ellos seguro no solo la historia los juzgará, sino también los jubilados y a muchos, sus padres, que seguro también son parte de ellos. ¡Dios los ilumine!

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