El gigante partió repartiendo abrazos. “Qué nadie me de la mano, denme un abrazo, tengo para todos y todos tendrán el suyo”. Es Galeano, así; Galeano, de galeón que parte de cualquier sitio con un cargamento de verdad y denuncia. Galeano, poesía, alegría, uvas machacadas que producen buen vino que recorre las venas abiertas de nuestra América y florezca libertad y justicia.
Nos ve y nos canta a todos los despiertos: despertados por él y por su sabia maravillosa y tierna, y nos engalana: “Sobre una torre había una mujer, de túnica blanca, peinándose la cabellera, que le llegaba a los pies. El peine desprendía sueños, con todos sus personajes: los sueños salían del pelo y se iban al aire”. Ahora Galeano es el aire endulzado por la miel de los caballos que en la mañana reposan después de reproducirse.
Llueve a cantaros sobre la tierra, lluvia de despedida y recibimiento. Se despide, se va y es recibido al mismo tiempo. No veré tu estirpe de campeón de las palabras, tú porte de bandera de barco pirata conquistador de los siete mares y el octavo es la octava en que ahora eres. Porque ahora eres como el sol que espanta la oscuridad, como agua que cede su conocimiento, como fuego que libera y transforma. Galeano, tu recuerdo danza el fin de la explotación, condena la caducidad de reencontrarnos en la tierra sin cercas ni amenazas. Ahora eres la inspiración de llegar a la montaña y sobre la cima no desear nada más que la felicidad y la realización y descubrir el sentido dejando libres a las vacas y murciélagos pastar libres sin ser convertidos en botellas.
Una ballena azul ha convocado a todas las ballenas verdes y pardas y amarillas a desfilar sobre los malecones del mundo para rendir homenaje al mejor hijo del amor, al mejor fruto de la ternura. Tierno, gentil, solidario que le cantó fuerte a las ganas de vivir y bailar porque quiero hacerlo sin ser esclavo del tener, deber, endeudarse, pagar, sobregirar y morir en todas las cárceles del consumismo. Galeano decía: “hay qué que amar: el resto vendrá por añadidura”.
Galeano murió porque tenía que morir, pero la vida lo recibe para hacer con él la esperanza y la fe de un mundo mejor. Bien Galeano, no temas aquí seguimos cantando tus maravillas.
Excelente homenaje a un gigante adelantado de la literatura latinoamericana. De un pais que tiene hijos como Galeano y Mujica que son los verdaderos hombres de la izquierda que soñamos muchos..