22 noviembre, 2024

Daño Colateral

Es la síntesis de la guerra y a nadie le importan los que mueren “colateralmente”.

Colateral no es lo mismo que “accidental” o “sin intención”, sino más bien “secundario”; a nadie le importa.

Lo peculiar de esta “robolución” que dice haber emprendido el gobierno contra grupos de poder económico, delictivo, trabajador, mujer, periodista, moral… Es que sus “daños colaterales” son muchísimo más alto que sus logros y resultan justificados en la labia que llena planas y pantallas de las mentiras de Goebbels.

Once principios de la propaganda, remarcados por Goebbels.

– Principio de simplificación y del enemigo único. – Principio del método de contagio. – Principio de la transposición (Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan). – Principio de la exageración y desfiguración (Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave). – Principio de la vulgarización (Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar). – Principio de orquestación (La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: «Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad)». – Principio de renovación. – Principio de la verosimilitud. – Principio de la silenciación (Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, usando ayuda de medios de comunicación afines). – Principio de la transfusión (Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas). – Principio de la unanimidad (Llegar a convencer a mucha gente de que piensa «como todo el mundo», creando una falsa impresión de unanimidad).

Se han producido “graves violaciones a los derechos humanos”, documentadas por honorables organizaciones, incluso tímidamente la CNDH, pero sin tener eco.

La guerra del prepotente debe terminar: ¿Cómo terminará, cuándo?

Dentro de lo ilógico de esta beligerancia, causada por la pérdida en las elecciones, y la intrascendencia de libra de arroz en bodega de pilador, que padeció en Panamá; mareó su ego y quiere recuperarlo generando una Guerra Pírrica

¡Por dios!, no es tan difícil saber que la mayor parte de las víctimas serán los ecuatorianos.

El daño colateral tiene forma. Forma 1: El miedo que cala hondo, sin matar pero paraliza. “Toda la maldita guerra de este gobierno está acabando con nuestras ciudades, y lo que queda es el miedo”.

El miedo lo puede todo. Adiós a la vida social, a salir de casa, a tomar una biela, a caminar tu pueblo, a sembrar tranquilo, a dormir tranquilo, a reunirte con los tuyos, a organizar la fiesta de la comunidad… A todos niveles,     viene el terror a la “autoridad” que actúa ilegal y a su antojo.

Lo malo de los buenos del cuento, es que son inverosímiles. Nadie les cree, nadie los apoya, todos les tienen miedo. Cuando en Facebook y por correos electrónicos se informa de los atracos, rápido entra la maquinaría a gritar, como un cerdo guiado al matadero: ¡Me ataca el Imperio, intereses de grupos que lanzan rumores… Quieren desestabilizar!

“No es tan difícil de entender. Desde que ganaron con engaños viven aplicando el embudo del ‘Yo’ y piden hasta la ubre” Las víctimas somos nosotros, dueños de nuestra heredad y la tierra en que nacimos.

 

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