El genio para la mitología griega era una divinidad que regía el nacimiento de cada mortal, vivía unido a él durante el curso de su vida, conocía todos sus pensamientos y le guiaba en todos sus actos. Asimismo, cada hombre tenía dos genios: Uno bueno que le inclinaba al bien y otro malo que le desviaba hacia el mal. Estos genios luchan perpetuamente, pero en esta disputa siempre triunfa el genio del bien.
Por otro lado, la Asamblea Nacional aprobó las reformas al Código Civil y una nueva Ley Laboral en las cuales parece que el genio del mal se apodero de los asambleístas evitando elaborar con éxito las mencionadas leyes.
Ahora bien, los asambleístas debieron de propiciar un clima de entendimiento, de desprendimiento, deponiendo actitudes y solo actuar en el beneficio del Ecuador y no de pequeños grupos recordando que este país a todos nos compete. Por lo tanto, la actuación de los asambleístas debió de ser honesta y desinteresada, sin cálculos personales o políticos.
Además, las discusiones bizantinas, las actitudes fuera de foco y las posturas ridículas tendrían que haber sido evitadas así como las posiciones sectarias.
Esas posiciones sectarias que se han reflejado en declaraciones a la prensa por parte de ciertos asambleístas y que tanto daño causan al Ecuador deben terminar.En consecuencia, aspiramos que las pasiones se serenen y que la entereza, prontitud y amplio sentido del Ecuador deban ser los cauces dentro de los cuales actúen los “licurgos criollos”.
En fin de fines, como la esperanza es lo último que se pierde esperamos que los asambleístas se encuentren con su genio bueno para elaborar las leyes en beneficio de todos los ecuatorianos