¿Por qué celebrar el día de la Madre y no el de la familia? Es una pregunta que me inquieta desde hace años y lamentablemente no me satisfacen las respuestas del presente. Encontramos motivos para la separación, no solo física sino sentimental, pues celebramos el día de la mujer, del padre, del niño. Pero no el de la familia.
La sociedad tiene su sabiduría y sus razones, algunas me enseñan y deleitan, muchas me preocupan, como esta separación de la unidad central del ser humano, el amor de una pareja sin el cual no hay padre ni madre. No solo la razón, las leyes, sino el mismo corazón es capaz de dividir, lo que la energía vital unió, y hoy podemos celebrar por separado el Misterio de un amor indivisible, fugaz o eterno, pero amor cuando se da a consciencia. No busquemos racionalizaciones para festejar, no raspemos emociones para agradecer, miremos realidades y reconozcamos las huellas de un amor verdadero que resiste toda ingratitud, separación o dolor.
De las muchas frases que suelen pronunciar nuestros labios cuando ponderamos un amor verdadero, suelen describir lo que una madres es para un hombre o mujer de todos los tiempos, la belleza de la familia, la ternura del hogar, la sabiduría de los hijos, la compañera ideal, más allá de sus características individuales del carácter o de su hacer. La que en estos momentos de silencio y gratitud me sale, es ¨Gracias Madre por tu feminidad y por tu resistencia que tu misma feminidad conlleva¨.
Esa resistencia que solo tu cuerpo aguanta con tanto amor por nueve meses. Esa resistencia que solo tus entrañas permiten abrazar al hijo perdido o desviado. Esa resistencia que solo el coraje de dar vida y cuidar la vida hace que te desveles horas de horas hasta levantar a tu niño o niña enfermo, enferma. Gracias Madre por resistir la violencia, el machismo, la falta de oportunidades que aún rigen en nuestra sociedad. Tu persistencia es la fuerza de tu amor de luchar por la vida y la dignidad no solo de los tuyos sino del que sufre, sea quien sea, eres pionera en la búsqueda de la verdad y de la justicia. Gracias madre por estar ahí cuando me caiga, gracias por creer en mí aunque yo mismo no lo consiga. Gracias por no abortar cuando hay tantas razones y seudos derechos. Gracias por llevarme a la escuela aunque no me haya gustado, hoy solo que soy, gracias a ti. Gracias por no abandonarme cuando no tenías nada ni nadie. Gracias por amar.
¨Solo el amor de una madre apoyará/ Cuando todo el mundo deje de hacerlo. Solo el amor de una madre confiará/ cuando nadie otro cree.
Solo el amor de una Madre perdonará/ cuando ninguno otro entenderá. Solo el amor de una Madre honrará/ no importa en qué pruebas has estado.
Solo el amor de una Madre RESISTIRÁ/ por cualquier tiempo de prueba. No hay ningún otro amor terrenal/ mas grande que el de una Madre¨.
Estimado Fabricio,
Deseo comunicarme con usted. Si puede dejarme su mail a mi dirección de gmail le quedo agradecido.
Todo lo mejor,
Andrés