24 noviembre, 2024

Sencillo

Le debemos a Aristóteles la popularidad de la palabra “política”, siglo V a.C., derivada del griego “polis”, cuyo significado hace alusión a las ciudades griegas que formaban los estados, donde el gobierno era parcialmente democrático.

Si nos vamos de retro, la política  y su afán de organizar el estado y disciplinar a los ciudadanos se remonta al periodo neolítico, justamente cuando la sociedad empieza a organizarse por jerarquías y algunos individuos adquieren poder sobre los demás. Poder que podía atribuirse a una mayor fuerza física o a una mayor inteligencia emocional o agudeza mental.

En los sistemas políticos de la antigüedad había una jefe único, es decir que estos sistemas eran absolutistas. (Estamos en la “actualidad”, ya no debería ser así).

Aunque en Grecia se practicaba una insipiente democracia, debido a que se consultaba a las asambleas, fue con  la Revolución Francesa que el esquema político da un giro de beneficio para la instauración de regímenes democráticos, con la participación activa de los ciudadanos  para la toma de decisiones sobre los aspectos que rigen la vida de una nación.

Aunque la política es el arte de gobernar al pueblo, y resulta lógico suponer que exista un grupo hegemónico en este aspecto, el grupo que ostenta el poder político; su pensamiento y proceder no debe escaparse de las manos, es decir, debe haber un límite para su accionar. Desde ese  límite se debe  observar con diligencia para qué han sido elegidos, y si están cumpliendo o no sus funciones, cabal y honestamente, las mismas que deben estar bien establecidas en la Constitución.

En la política se debe trabajar por asociar, no por disociar. Se debe procurar inclusive la integración de las minorías. Así se llega al progreso. Progresar es avanzar. El progreso no admite acciones delincuenciales. Un pueblo que pronto deberá pagar impuestos hasta para respirar, deberá quedarse en apnea permanente. Es decir, morirá.

La dominación es una abominación que en todas las épocas se ha rechazado, porque es una forma de irrespeto grave y de explotación inhumana,  pero ahora parece que hemos retrocedido al neolítico…en donde algunos individuos…etc. Pueden seguir la búsqueda “gugleando”, sencillo.

La historia hay que conocerla para al menos intentar no repetirla (cuando ha sido nefasta).

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ENLACE CIUDADANO No, 193

En el Enlace 193 el presidente indicó que no hay nada que criticarle, que va a demostrar con encuestas dónde están los culpables, acusó al Director del Hospital de la Policía de ser parte de la conspiración, que es su subalterno, que no puede tratar de hacer quedar como mentiroso a quien es su jefe, por haber expresado a CNN que el presidente no estuvo secuestrado. Ordenó su baja, que sea despedido del Hospital, que se inicie una investigación en su contra.

¿No hay nada que criticar? En lugar de pedir disculpas y renunciar por haber instigado a delinquir y su consecuente responsabilidad por los trágicos sucesos del 30 de Septiembre, continúa su discurso agresivo, violento, descalificador, insultador. Sus palabras señalan que para que el Director mantenga su puesto debe decir lo que el presidente ordena y no lo que considera verdad de acuerdo a su conciencia. No le corresponde al presidente indicar quién es conspirador. Hacerlo es una acusación grave y potencialmente difamatoria. La demostración de culpabilidad debe darse con pruebas, no con suposiciones y encuestas.

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