!Todos somos esa gente!…

En un video que ha circulado en las redes sociales, se ve al hermano del presidente de la república hablando del mandatario.

Entre las cosas que dice, manifiesta que el actual gobernante siempre fue conflictivo y se parecía mucho a su padre.

También asevera que tiene un patrón de conducta caracterizado por congraciarse con quienes necesita y aplastar a  quiénes se le oponga.

Nos lo hace ver como un individuo poseedor de un estado de ánimo cambiante, que por cualquier cosa que no le agrade llega fácilmente a la cólera.

Dice que jamás estuvo preparado para ejercer el poder y termina su video diciendo que si se quiere conocer realmente a un hombre; hay que darle poder.

Parecería que la culpa de lo que está pasando en el país la tuviera el mandatario.

La realidad es que la culpa de lo que el mandatario está haciendo con nuestra patria la tenemos todos.

Una inmensa mayoría no protesta por cobardía y al no hacerlo, permite que quienes nos gobiernan, nos hagan lo que les da su regalada gana.

Esta mayoría cobarde se calla para que no le toquen sus intereses personales.

Hay otros que se mantienen callados por creer que a ellos nunca los tocarán.

Son individuos convencidos de que las cosas les pasan a otros y no a nosotros.

¿Porque la gente votó por correa?

Representaba algo nuevo, diferente y lo contrario a lo que había sido la partidocracia.

Hubo personas que se dicen supuestamente pensantes, que le dieron su voto porque era guapo.

Sea por las razones que sea, nadie votó porque lo conocía y peor sabía lo que pretendía hacer con  nuestra patria.

Nadie le dio crédito a una entrevista que le hicieron por televisión a un profesor del colegio de primaria a donde él había estudiado.

En esa entrevista el profesor advertía el peligro que significaba el darle a este hombre el poder para gobernar los destinos de la patria.

Cada día que callamos, es un día que permitimos a este ambicioso para que nos destruya nuestro más preciado patrimonio: la libertad.

Un gobierno concentrador, impuestero y con claras aspiraciones de perennizarse en el poder, nos está quitando la libertad que hemos heredado.

Quizás no la valoremos porque no hemos sufrido para conseguirla.

A lo mejor no somos conscientes de que la estamos perdiendo, porque nuestra sangre no fue la que se derramó para conseguirla.

Ha sido tan connatural en la vida de nosotros, que nunca hemos creído que haya alguien que pretendiera destruirla.

Con el cuento de hablar a nombre de todos, solo se habla a nombre todos los que tienen el poder.

Con la faraónica novela de que se están haciendo cosas por la patria que jamás se hicieron, se nos quiere controlar cada día más hasta que en algún momento sin que nos demos cuenta, seremos unos esclavos sumisos y agacharemos la cabeza.

Un ejemplo es esta ley que grava un depredador impuesto a le herencia.

Con ella el presidente de la república nos da muestra de ser un hombre visionario que tiene el don de actuar mucho antes de que los acontecimientos sucedan.

Siendo un hombre de visión futurista y siempre adelantado a las circunstancias, cuando tuvo que  invertir para comprarse un departamento que algún día se lo heredara a sus hijos, se lo compró en Bélgica.

Este hombre inteligente y visionario, se adelantó por mucho en el tiempo, a lo que intuía que se iba a dar en el país.

Siendo un hombre con una intelectualidad superior al promedio común, a la hora de invertir su dinero lo hizo en un lugar seguro fuera de la patria y con este hecho, nos dio un ejemplo magnánimo de que la empresa privada tiene que invertir su dinero en nuestro país tal como él lo hizo con él suyo.

Este hecho que fue hecho por un hombre que cuida su dinero y lo comparte con quienes menos tienen, demuestra también genialmente cómo se debe evitar de nuestro país la fuga de los capitales.

De una sola jugada se anticipó al impuesto a la herencia, favoreció la inversión privada en nuestro país y demostró como no se puede evadir la salida de los capitales.

Nuestro presidente no es un ciudadano común.

Pertenece al pequeño grupo de escasos acomodados de la clase alta y pudiente, que con el dinero logrado a base del esfuerzo productivo de su trabajo, pueden tener los recursos necesarios para comprarse un departamento en el exterior.

Representa a una minoría privilegiada desde que comenzó este gobierno, que debería pagar más impuestos para que los mismos sean redistribuidos a la mayoría de ciudadanos pobres que no tienen dinero para comprar una vivienda en el exterior.

Siendo un hombre justo, ecuánime  y con un pensamiento de altísimo contenido social, cuando invirtió su dinero en Bélgica lo hizo pensando en cómo este hecho iba a ser un gran ejemplo para  los que no podían hacer algo similar.

Ahora en el país ha comenzado a manifestarse el descontento social.

Por supuesto que el gobierno minimiza estas protestas aduciendo que son unos pocos opositores quienes las hacen.

Frente a estas marchas el gobierno solo tiene dos opciones:

O las minimiza y se calla para que sola se derrumben porque nuestro pueblo no es constante o les hace contra marchas llenas de gente utilizada para darle palo a quienes protestan.

Lo importante de estos movimientos es que han comenzado.

Lo transcendental es que la valentía de quienes las hacen va a contagiar al resto de los ciudadanos.

Por diversas razones de mis actividades, en estos días e podido hablar con muchas personas y saber que piensan de lo que está pasando.

El factor común de todos ellos es decir: ya la gente se está cansando.

Por fin la gente está protestando.

Al fin ya hay quienes protestan.

Lo dicen de una manera natural y refiriéndose a los manifestantes como la gente.

Lo hacen como si existiera una división entre quién lo dice y los que marchan oponiéndose al gobierno.

Es que precisamente ahí radica el problema.

El uno (quién lo dice) se separa inconscientemente de los otros (quienes salen a las marchas).

Mientras el uno adopta una posición cómoda y segura, los otros enfrentan, arriesgan, protestan.

Los que se limitan a comentar desde la seguridad que les brinda el televisor de su casa a “las protestas de la gente” son unos cobardes.

¡Todos somos esa gente!

Todos deberíamos estar en las calles para protestar.

Todos deberíamos entender que somos uno solo y que la fuerza de lo que hagamos para evitar el abuso que estamos padeciendo, radica está en la unidad de todos los que pensemos que estamos siendo ultrajados en nuestros derechos.

No somos un nosotros y esa gente…

¡Todos somos esa gente!