21 noviembre, 2024

El Fracaso del Socialismo del Siglo XXI

Aunque muy rimbombante en su pretensión de aparecer como  el salvador, ante el deterioro y desfase  sociopolítico de la política tradicional, el llamado socialismo del siglo XXI, ha quedado  al desnudo por su propia confusión  ideológica. Antes que nada, en su afán de promoción perdió, en el camino, el sentido de las proporciones.  De un tajo advirtió que los conocidos socialismos del siglo XX dejaron de representar  el liderazgo de la lucha  de masas por el poder. Pues, claramente sus voceros han definido  que,  todo  antes de su aparición es pasado, y que el pasado es lo retrógrado. Sin apelación de ningún tipo.

Sin embargo, esta “buena nueva”,  que anuncia  un mañana  paradisiaco, no es ni buena ni nueva…¿Por qué? Pues solo resalta  como simple remedo  de  los típicos populismos  que tanto han  corroído a Latinoamérica, por años y años… Y, por supuesto, igual que todos los populismos, se abanderan  con algunos iconos y símbolos convertidos en sagrados. En especial está  la “defensa de la patria”,  que en sus  mentalidades  siempre está en peligro, puesto que  siendo los integrantes del socialismo del siglo XXI   la patria, los demás son los enemigos… Insisten en el “nacionalismo”  chauvinista de que todo lo propio, por malos y pésimos que sean sus contenidos, es lo mejor. E incluso lo mejor del mundo, demostrando que sus impulsadores no saben ni que es lo mejor ni que es el mundo. Pero esto no importa, cuando lo mejor  es declarado así por el gobierno, guste o no. ¿Y la  soberanía nacional?  Es la otra argolla  de donde se cuelgan  estos socialistas que gritan contra la dependencia  con Estados Unidos, pese a  que  siguen manteniendo  los mercados comerciales, industriales y financieros  con el imperio que, de boca a fuera, odian.

Desde la perspectiva conceptual doctrinaria  el socialismo del siglo XXI  no propone nada. Total, ya todo sobre  los socialismos  está dicho para unos  y para otros,  desgastado. Fracasado. Archivado. En su desesperación no tiene más que protegerse con   los jurásicos modelos  “soviéticos”, absolutistas y dictatoriales, y contradictoriamente, entonces, reconoce  a los autoritarismos estilo Cuba  y Corea del Norte como aliados de primera. Complementariamente, para no sentirse aislado mirándose al espejo, ha buscado todos los gobiernos que, aunque  en pleno disfrute capitalista, como Rusia y China, aparentan ser  populares. En la práctica  ha resultado, tal cual era de esperarse, calco y copia de los despotismos  de siempre. Acumulación de las funciones del estado en  las manos de un centralismo burocrático, manejado  por un ejecutivo  sobredimensionado como legislador y juez. Nada escapa a su mirada y hace las veces de  cedazo de contratos, de diseños,  convenios  y financiamiento de obras públicas. Además de nombramientos de funcionarios y órdenes sobre  a quienes hay que enjuiciar, perseguir políticamente y fiscalizar…

En Latinoamérica  los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Brasil  están exiliados en un discurso neofascista, con la careta  neosocialista  de apoyo a los más  necesitados.  El resultado ha sido por demás oneroso. Un derroche multimillonario  económico mantiene una burocracia inútil e injustificada técnicamente, como pago  clientelista  eleccionario. Créditos externos  abismales que superan toda posibilidad de pago mediante la producción interna  y utilizados   antes que en inversión, en simple gasto corriente. Desmantelamiento, en general, de la maquinaria de producción privada  por cierre confiscatorio o por  salida de sus capitales al extranjero, ante un incentivo cero en su permanencia. Ningún apoyo real, efectivo para  la producción nacional  que genere  fuentes de trabajo estable  y  con salarios reales, que permita manejar sin sobresaltos diarios una canasta familiar  equitativa.

Ninguno de estos países,  en  estos tiempos de socialismo del siglo XXI, ha podido superar  hacia niveles estables mínimos  ni la miseria social, ni la ausencia alimentaria básica, ni  una educación reglada  capaz de ir más allá de un alfabetismo funcional, ni un seguro universal obligatorio que genere una salud de estabilidad familiar…  En cambio, grandes pancartas  en las carreteras, puentes, edificios  explican los grandes adelantos  logrados. ¿Y  las  propagandas,  en cadenas diarias de tv? Presentan una visión de pueblos  viviendo en paraísos de abundancia y excesos. El endiosamiento de los mandatarios, mediante despliegue de  gigantografías,  en alusión a su necesidad de rendirles pleitesía,  completa  el cuadro  del experimento ideológico político del socialismo del siglo XXI. Todo, al margen de un estado de derecho que  contradice  toda democracia basada en la  justicia y las libertades. Valga traer a colación las declaraciones de  José  Mujica, ex presidente de Uruguay, referidas a Venezuela, ya incluso en época de Chávez. Declaraciones que bien vale, sin  sufrir distorsión, extrapolarlas  a los  otros países  del Socialismo del siglo XXI, hoy con abrumadoras e iguales consecuencias socialmente desastrosas.

Para el ex guerrillero tupamaro, decepcionado  de la Cuba castrista, en “cuyo modelo nunca creí”,   explica que aunque valora  los esfuerzos de la Venezuela chavista, “eso no es socialismo. Ni parecido. Es la forma más larga de terminar en el capitalismo”. Insiste, que “le advertí desde el principio, (a Chávez) que no iba a construir el socialismo. Y no construyó  un carajo!”. ¿Cuál es, en finales, el resultado de este socialismo fantoche y de cartón, de aplausos pagados? Países sumergidos con sus líderes socialistas en la corrupción como Brasil, con inflación y mercado negro sin control como Venezuela,  en plenitud de impunidad  y  violación constante de su Constitución como Ecuador, en  entrega de sus riquezas mineras a un extractivismo  por las multinacionales del mismo imperio que  maldice, como en Bolivia…

Artículos relacionados

El derecho a la libertad

El derecho a la libertad es universal, como es universal la libre expresión, más aún, cuando ésta en cualquiera de sus formas, es expresada con la responsabilidad de un nombre y una firma.

Ese es el caso de quienes hemos asumido la responsabilidad de hacer público nuestros comentarios a través de la prensa escrita, como lo hicimos en Diario EL TELEGRAFO por muchos años, algunos de los que hoy escribimos en el diario itinerante “Desde mi trinchera”.

3 comentarios

  1. Marco como siempre, te felicito por tus articulos y tus comentarios, tan acertados y realistas, y deseando que de una vez, se terminen con estos farsantes que nos gobiernan y quieren convertir nuestra querido Ecuador, en otro pais de hambre, miseria y corrupcion como Cuba y Venezuela.

  2. «Comunismo, Socialismo y Nihilismo, horrendos males y casi muerte de la sociedad civil».
    León PP.XIII,»Humanum Genus».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×