Para aquellos que aún no han perdido la fe, tener al papa Francisco en nuestro país es motivo de júbilo y regocijo; pero mañana que se va, la historia volverá a ser la misma y seguramente, otra vez, vuelvan todos a las calles.
Para los que ya perdieron la fe, el fútbol sigue siendo siempre un motivo de felicidad. Otra vez los argentinos derrotados a las puertas de una copa. Es como ser casi guapos, o sea no son nada.
El Rey de América es Chile, con una justa victoria, tras una campaña impecable que los llevó a conseguir su primer título de la Copa América. Messi, ‘ni chicha ni limonada’ y sigue sin obtener un título con su selección. Totalmente anulado por los araucanos que dominaron el partido, en una final que se vivió con adrenalina pura desde el primer pitazo.
Otra copa de infarto, y es que el fútbol a algunos les trae más que eso. Argentina por su parte no solo quedó sin premio y sin balón el sábado anterior, sino que el fútbol le está trayendo más que un dolor de cabeza.
Tras el escándalo mundial de la FIFA, los ojos del mundo se centraron en el ‘rey de los deportes’ con una mirada hacia el sur por la ‘limpieza forzada’ que hace en el austral país «DirecTV para salvar un millonario negocio».
Desde Estados Unidos bajó un ejército de abogados, contadores y expertos informáticos para investigar a una compañía de fútbol que, según las autoridades estadounidenses, es un «foco de corrupción».
El escándalo que sacudió al balompié mundial traerá cola, y no solo en Buenos Aires, donde el FBI y la Interpol con boletas de captura internacional tienen a algunos empresarios ‘por los techos’, sino también que de seguro subirán a investigar a sus socios estratégicos, y uno de ellos está en Ecuador.
El partido no acaba hasta que termina y el Departamento de Justicia de Estados Unidos quiere anotarle una goleada a ciertas empresas socias del negocio planetario del fútbol. Curioso es que la justicia ecuatoriana solo viva la noticia por televisión y no empiece ya una investigación.
Felicitaciones a los chilenos por su justa y merecida victoria. ¡Viva el Rey de América!