En la esperada visita del Papa Francisco al país, todo fue dicho. Desde su llegada a Tababela donde el protocolo quedó reducido a nada. Su saludo a nuestro pueblo duró apenas 5 minutos, le agradeció al Presidente Correa su consonancia con su pensamiento y le indicó que lo había citado demasiado.
Fue contrastante la bienvenida que le dio el Presidente que duro 12 minutos; un discurso político, fuera de orden. Llamo la atención la forma en que funcionarios gubernamentales saludaban al Papa y la vestimenta utilizada para recibir al Primer personero de la Iglesia.
En Guayaquil, en los Samanes, bajo un sol inclemente pidió reivindicar la Familia: “Que debe ser ayudada y potenciada, para no perder nunca el justo sentido de los servicios que la sociedad presta a las ciudades”. “Murmuren hasta creerlo: el mejor vino está por venir”.
El tema en torno a la empresa familiar, ha estado muy controvertido en los últimos días. El Papa en su homilía indicó: “En efecto, esto no es una forma de limosna sino una verdadera deuda social respecto a la Institución familiar que tanto aporta al bien común de todos.
Ya en Quito tomando como referente el parque Bicentenario, manifestó: “Aquel grito de independencia de Hispanoamérica, ese fue un grito nacido de la conciencia de libertades de estar siempre, oprimidos, saqueados, sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno”. “Grito de libertad que no le faltó ni convicción, ni fuerza, pero la historia nos cuenta que fue contundente cuando dejó de lado los personalismos”
Fue directo en su alocución cuando se reunió con las Organizaciones de la Sociedad Civil. “El diálogo es necesario para llegar a la verdad”. Está convencido de que la democracia participativa con los grupos indígenas, afroecuatorianos, agrupaciones ciudadanas tienen que ser protagonistas de ese diálogo.
En la visita de 3 días todo fue dicho por Francisco. La interpretación de sus mensajes deberá hacerla el pueblo ecuatoriano y los gobernantes.
Es reduccionismo tratar de ajustar las palabras del Papa a favor de uno u otro político, o de una u otra postura política.
Los mensajes del jefe de la iglesia en cualquier instante, como el mismo Papa dice, tienen que ser analizados en contexto y al calor de la hermenéutica. Los métodos de interpretación superando obstáculos respecto de la diferencia de pensamientos entre quienes leen o escriben dichas palabras son complicados pero no imposibles. La iglesia y su doctrina son verdad y mensaje para todos y en todos los tiempos; se dirían que absolutos, sí… pero no. Sí, porque la obediencia proclamada de Fe asiste a los católicos; y no, porque hay mensajes ex cathedra del papado, la libertad existe y es sempiterna, y porque el hombre es una combinación de lucidez e imperfección animal. Un ejemplo, a Monseñor Romero un sector de la jerarquía eclesial le dio las espaldas cuando en vida; sectores de la iglesia preocupados por la opción preferencial por los pobres en ese entonces (y ahora también lamentablemente) fueron estigmatizados junto con Monseñor Romero como “COMUNISTAS”. Hace poco, a 35 años de su asesinato, el Papa Francisco beatificó a Monseñor Romero.
Si la correcta interpretación del Concilio Vaticano Segundo y de las homilías de sacerdotes como Monseñor Romero se hubiera dado, especialmente por parte de quienes detentaban jerarquías eclesiales, posiciones de poder político y de los llamados hacedores de opinión, los asesinatos de Romero y otros mártires de la iglesia no se hubieran dado.
El lanzamiento de Laudato Sí hace pocas semanas, encíclica que no es sólo sobre el ambiente, da pautas insondables sobre tareas, roles, posturas y actitudes que debemos asumir en cuanto cristianos, en cuanto hombres comprometidos con el devenir DELLA CASA COMUNE. “Rememos” en la misma dirección, aceptando que nuestra Fe es cuestionada por documentos como éste, especialmente donde más nos duele (el bolsillo, por ejemplo) y que la inequidad socio-económica debe ser superada en el Ecuador no desde la caridad o la beneficencia, sino desde las políticas públicas racionales y apegadas a la reivindicación de derechos de los olvidados de siempre; es el atajo lógico, después de todo, se necesita mucho dinero.
Pero, hacia dónde remar? bueno, otros ejemplos: hoy, las llamadas despectivamente “PEROLES” en Guayaquil y el país, tienen que ser remuneradas legalmente con mínimos establecidos y coberturas de seguridad social; hoy, las empresas son obligadas mediante ley a incorporar a personas discapacitados a su rol de empleados; hoy, el reconocimiento constitucional de los derechos de la naturaleza (el agua, por ejemplo, en la línea con Laudato Sí) se va instrumentalizando con leyes; hoy, las oportunidades de educación de calidad para estudiantes de sectores pobres (impensados hace unos años que algunos de ellos puedan ir a las mejores universidades de los EEUU, Europa, etc.) se va dando desde un financiamiento agresivo en educación, etc.
Rema y rema… que el Norte no lo dan efímeros líderes, lo dan las enseñanzas válidas para todos y en todos los tiempos.
Saludos desde New York,
-Wilson Suárez