22 noviembre, 2024

Lecciones de Democracia

Se hace necesario sobre todo en estos tiempos insistir en las lecciones sobre la democracia que hiciera el expresidente de Costa Rica Oscar Arias y transcribo un fragmento del discurso en la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe el 23 de febrero de 2010, en Cancún, México.

“(…). A pesar de los discursos y de los aplausos, lo cierto es que nuestra región ha avanzado poco en las últimas décadas. En ciertas áreas, ha caminado resueltamente hacia atrás. Muchos quieren abordar un oxidado vagón al pasado, a las trincheras ideológicas que dividieron al mundo durante la Guerra Fría. América Latina corre el riesgo de aumentar su insólita colección de generaciones perdidas. Corre el riesgo de desperdiciar, una vez más, su oportunidad sobre la Tierra. Nos corresponde a nosotros, y a quienes vengan después, evitar que eso suceda. Nos corresponde honrar la deuda con la democracia, con el desarrollo y con la paz de nuestros pueblos, una deuda cuyo plazo venció hace siglos.

Honrar la deuda con la democracia quiere decir mucho más que promulgar constituciones políticas, firmar cartas democráticas o celebrar elecciones periódicas. Quiere decir construir una institucionalidad confiable, más allá de las anémicas estructuras que actualmente sostienen nuestros aparatos estatales. Quiere decir garantizar la supremacía de la ley y la vigencia del Estado de Derecho, que algunos insisten en saltar con garrocha.

Quiere decir fortalecer el sistema de pesos y contrapesos, profundamente amenazado por la presencia de gobiernos tentaculares, que han borrado las fronteras entre gobernante, partido y Estado. Quiere decir asegurar el disfrute de un núcleo duro de derechos y garantías fundamentales, crónicamente vulnerados en buena parte de la región latinoamericana. Y quiere decir, antes que nada, la utilización del poder político para lograr un mayor desarrollo humano, el mejoramiento de las condiciones de vida de nuestros habitantes y la expansión de las libertades de nuestros ciudadanos.

No se debe confundir el origen democrático de un régimen con el funcionamiento democrático del Estado. Hay en nuestra región gobiernos que se valen de los resultados electorales para justificar su deseo de restringir libertades individuales y perseguir a sus adversarios. Se valen de un mecanismo democrático, para subvertir las bases de la democracia. Un verdadero demócrata, si no tiene oposición, debe crearla. Demuestra su éxito en los frutos de su trabajo, y no en el producto de sus represalias. Demuestra su poder abriendo hospitales, caminos y universidades, y no coartando la libertad de opinión y expresión. Un verdadero demócrata demuestra su energía combatiendo la pobreza, la ignorancia y la inseguridad ciudadana y no imperios extranjeros y conspiraciones imaginarias. Esta región, cansada de promesas huecas y palabras vacías, necesita una legión de estadistas cada vez más tolerantes, y no una legión de gobernantes cada vez más autoritarios. Es muy fácil defender los derechos de quienes piensan igual que nosotros. Defender los derechos de quienes piensan distinto, ése es el reto del verdadero demócrata. Ojalá nuestros pueblos tengan la sabiduría para elegir gobernantes a quienes no les quede grande la camisa democrática.

Y ojalá también sepan resistir la tentación de quienes les prometen vergeles detrás de la democracia participativa, que puede ser un arma peligrosa en manos del populismo y la demagogia. Los problemas de Latinoamérica no se solucionan con sustituir una democracia representativa disfuncional, por una democracia participativa caótica. (…)”.

También vale la pena recordar lo que dijo la birmana Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz 1991,  poco antes de recibir el galardón que recién pudo recoger en 2012 tras 24 años de cautiverio, sobre aquellos gobiernos totalitarios que pretenden perennizarse en el poder: “Lo que verdaderamente los vuelve perversos y corruptos no es el poder absoluto, sino el temor a perderlo”.

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Con todo el escándalo generado por el caso Correa Vs. El Universo y compañía, ¿alguien ha prestado atención a lo que ha estado sucediendo en Washington D. C.? Teniendo dólares americanos como moneda de curso legal, creo que esos líos políticos económicos deberían interesarnos a los ecuatorianos.

El Legislativo y el Ejecutivo americanos están enfrascados en una pelea que, de no haber llegado a un acuerdo cierto y viable (quizá), pudo ocasionar que el gobierno federal de Estado Unidos de América, la aun primera economía del mundo, entre en suspensión de pagos a sus acreedores, es decir, default.

El gobierno federal, por ahora demócrata, ha venido impulsando una política de gasto público con la intención de estimular la economía americana que después del gobierno de George W. Bush (y su impresionante gasto nacional casi ilimitado), se ha visto en serios aprietos. La política demócrata del supuestamente estimulante gasto público ha causado un enorme déficit fiscal que alcanza el 10% del PIB americano, lo cual ha alimentado una deuda que llega al 100% de ese mismo producto interno. Según BBC la deuda alcanzó los US $14 BILLONES el 16 de mayo pasado. El panorama es sombrío económica y políticamente para el inquilino de la Casa Blanca.

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