Seguro a muchos, al igual que a mí, les ha tocado por estos días llevar su carro al taller para hacer su mantenimiento de rutina. Me sonó una alarma en el panel que me avisaba que tenía que hacerle el mantenimiento por los 20.000 km.
Como tengo cero conocimientos de mecánica, me dirigí hacia el taller de la casa automotriz para que le hicieran el respectivo y necesario chequeo. Me hicieron un presupuesto por zapatas, galletas, pastillas, sensores y un poco de cosas más. Tres días después, la noticia criminal: la cuenta que debía pagar. Luego de soltar un soberano grito, pregunté: ¿por qué tanto? Y me dijeron: «es por las salvaguardias». Dije entonces en voz alta: «malditas salvaguardias».
¿De quién fue la poco brillante idea de ponerle salvaguardias a todos los productos que no fabricamos? Si los aranceles tenían como finalidad proteger la economía nacional, reduciendo las importaciones, lo lógico habría sido analizar primero cuáles son los bienes que sí producimos, para a esos ponerles el impuesto.
La persona que dijo que las famosas salvaguardas solo afectan a los ricos, se equivocó; nos afectan a todos y la consecuencia inmediata es el desempleo.
La gran mayoría de ecuatorianos tiene un vehículo y muchos lo utilizamos como un medio de trabajo. Es inconcebible ir a un taller y encontrarse con la infeliz noticia de que su cuenta le ha subido en un 45%, «producto de las salvaguardias». ¿A que economía nacional están protegiendo, poniéndole aranceles a repuestos que solo se fabrican fuera? Es una insensatez castigar así al consumidor.
Resulta urgente que se revisen los productos que tienen estos aranceles y se deroguen todos aquellos impuestos sobre los bienes que no se elaboran en el país y que son claramente necesarios para la producción y el desarrollo. La gran mayoría de los repuestos de vehículos son importados y un montón de bienes de consumo, ineludibles en la vida cotidiana, también; por ello estas medidas lo único que han logrado es frenar la inversión, el rechazo de los países vecinos, encarecer todo y castigarnos el bolsillo.
La deseperaciòn de dinero,el Estado se festinò los grandes ingresos que tuvo como ningùn otro gobierno por venta de petroleo,hoy paga el pueblo el atraco hecho por los nuevos ricos,otro ejemplo la.carne de cerdo,la producciòn nacional no abastece y castigò con las salvaguardas las importaciones y quien paga los platos rotos,el consumidor final y eso se llama paquetazo,inflaciòn.
Muy de acuerdo con Ud. Edgar Escobar.
En cuanto a la carne de cerdo,yo diria que si se pone a la venta al Ministro de Defensa,la produccion nacional daria abasto.Para la articulista de opinion,sigue siendo muy ,despues de tantos anios viviendo en el Correismo, formalita. La culpa no es de las salvaguardias,sino del regimen de granujas e inmorales que pretenden perpetuerse en el poder. Por Dios mujer!,dejese de panos tibios y llamelos por sus nombres,que para eso tiene este espacio.