Se está volviendo una costumbre el señalar los incidentes del país con una simple numeración y una letra del abecedario, identificando el día y el mes en que se desarrolló el hecho; Es de suponer que la marcha indígena, apoyada por un buen número de ecuatorianos se denominará de aquí en adelante como el 13 A,” El día que le temblaron las piernas a los de la revolución”.
La jornada del 13A, quedó para la historia. Los marchantes consideran un éxito el paro nacional con que concluyó la protesta. Para el Presidente Correa y sus aliados, un total fracaso. No se ha cuantificado cuanto se perdió en ese día donde las actividades se desarrollaron en una forma irregular, como tampoco sabremos cuanto le costó al gobierno el movilizar a todo ese contingente de policías y militares que aposto a lo largo y ancho del país, ni el Festival de la juventud y de la Alegría, cuyo pretexto fue defender la democracia.
Lo cierto es que el 13A, marcó el inicio de las protestas en contra del gobierno que con seguridad se prolongaran por muchos días mientras el gobierno mantenga su posición de no rectificar en nada de lo que se solicita. El Estado de Excepción decretado por el presidente por el proceso eruptivo del Cotopaxi, no es más que un buen pretexto para lograr movilizar la totalidad de las fuerzas armadas y policía, y de disponer de los recursos económicos que estime necesarios, además de neutralizar las protestas.
Con el Estado de Excepción impuesto en todo el territorio nacional, las marchas y protestas quedan en el congelador; se busca que se enfríe la calentura con el pasar de los días, y la oposición no tenga como abrir la boca. El Decreto Presidencial debió contemplar solo aquellas provincias en donde efectivamente el volcán puede causar una afectación, pero era mucho más conveniente hacerlo para todo el país en un momento como el que atraviesa el gobierno.
Los detenidos en diferentes ciudades ya suman más de cincuenta. Luego vendrán los consabidos juicios por diferentes causales y las ordenes de prisión en firme se darán a millares surgir, igual que con el 30S. Por lo pronto la periodista Manuela Picq, compañera del dirigente Carlos Pérez, presidente de la Ecuarunari, salio en libertad y se negó el pedido de deportación, hay que ver si la jueza que conoció la causa no es removida por la Judicatura.
El gobierno va capeando el temporal por lo menos por estos días. El que siembra vientos, cosecha tempestades dice un viejo refrán, así que lo peor esta por venir. El gobierno insistirá en las leyes que son los motivos de las protestas, principalmente las enmiendas que sólo deberían realizarse vía Consulta Popular, y la oposición pese a que esta dividida, poco a poco encausarán sus acciones, será entonces cuando la situación puede ser mucho más cruenta.