Resistencia al sometimiento

El Gobierno termita que ha consumido nuestros ingresos petroleros, los impuestos recaudados a costilla del sacrificio de los ciudadanos y gran parte de la deuda total, ahora nos habla de la «optimización» de las entidades públicas. Primero las incrementaron sin existir necesidad real sino ficticia (real solo por fines electorales para beneficio del gobernante que desea perpetuarse en el poder) y ahora hablan de «optimización», pero si el precio del petróleo subiese, entonces olvidarían la «optimización» y volverían al despilfarro para asegurar su permanencia en el poder.

El Gobierno ha manejado el país con emergencias, utilizando cualquier pretexto para encubrir la corrupción en el manejo de contratos sin concurso, sin licitación, a dedo, que perjudica a la nación, mientras favorece a gobernantes corruptos, como por ejemplo las llamadas «ventas anticipadas de petróleo» con China y Tailandia, que el Gobierno mantiene como secreto de Estado, que no podría existir en democracia y demuestra que vivimos con gobierno dictatorial.

Traiciona a la patria el presidente que tiene, y declara, como estrategia, causar incertidumbre para provocar caos, desempleo, pobreza y delincuencia. Los resultados de la estrategia de «causar incertidumbre en los mercados especulativos» están a la vista de los ciudadanos. Que el presidente no venga ahora con que la crisis económica en la que deliberadamente ha metido a los ecuatorianos no es culpa de él y su Gobierno.

Ni que tampoco venga con que no va a «desdolarizar», ya que podría llegar el momento en que el dólar nos abandone, porque el país no tiene posibilidad de sostenerlo. La «desdolarización» llegaría a ser el legado de un Gobierno ineficiente, despilfarrador, necio, insensato, falso, mentiroso, manipulador y rodeado de corrupción.

Este sistema funciona así: Los gobernantes se enriquecen, someten a los ciudadanos, luego los obligan a votar por ellos y arrebatan votos en las urnas. Los falsos socialistas se creen listos. Quieren apoderarse de las compañías del estado, de los medios de producción, sin arriesgar un solo centavo de sus bolsillos. Quieren someternos, ¡pero someternos no podrán!

Los seres humanos somos seres libres y tenemos derecho a la resistencia por nacimiento. No necesitamos que alguien nos otorgue este derecho. Si un ser humano quiere imponer su voluntad sobre otro, el segundo debe ejercer su derecho y resistirse. El ser humano que trata de imponer su voluntad sobre otro, no es un ser superior sino todo lo contrario, es inferior y no es esencia de Dios.