Lo primero que me ha quedado totalmente claro sobre este singular personaje es que va en serio su pretensión de ser el próximo presidente de los EE. UU. No dentro de diez o veinte años, es ahora su intención. Vio o le hicieron ver que la oportunidad electoral se presta en estos tiempos para concretar su postulación y propósito político. No es una broma ni debemos verlo como un sarcasmo, un juego, de ninguna manera. Su candidatura es el resultado de la xenofobia que están viviendo los americanos. Su aparición no es un hecho aislado. Trump es hijo del partido republicano, es una costura del pensar del norteamericano corriente y el crecimiento del racismo en el establishment político. Trump dice lo que hemos oído, porque eso es lo que los gringos están pensando y diciendo. Es hijo de los tiempos, del choque de civilizaciones y del derrumbe del mundo tal como lo conocíamos.
Trump es la vigencia del pensamiento anti político en la sociedad moderna. Así está pasando en Guatemala que después de la destitución de Pérez Molina; la primera vuelta electoral la acaba de ganar, Jimmy Morales, un ciudadano sin antecedentes políticos ni perteneciente a partido tradicional. Un actor cómico, con quien el electorado castiga la corrupción y la despreocupación de los políticos tradicionales en atender los requerimientos ciudadanos de trabajo, seguridad, prosperidad.
Donald Trump no representa a ninguna dinastía familiar. No es Clinton ni Bush ni Kennedy. Sin embargo representa a un partido tradicional de la política, el partido Republicano. Dice lo que quiere el electorado norteamericano. En la actualidad, Trump mantiene un favoritismo en las pretensiones y preferencias electorales. Hay que tomar muy en serio a este señor. Lo ha dicho públicamente: expulsar de EE.EE. a mexicanos y no mexicanos, casi once millones de personas, lo que constituiría el éxodo masivo sin precedentes en la historia de la humanidad. Habla de construir un muro en la frontera con México, que lo pagarían los mexicanos y sin duda, otro muro en la frontera con Canadá y otro en el espacio para que por si acaso caen como pájaros o extraterrestres en el sagrado suelo yanqui.
Donald Trump representa el odio al otro. Es posible que EE.UU. estén viviendo éste pensar. Los pueblos tienen épocas de gloria y caída. Alemania cayó ante el poder subyugador de Hitler. Hoy el Islam muestra su cara más fanática y terrible con la violencia que está sembrando la banda terrorista ISIS. Quienes representan la decadencia del Islam; como en su momento la Inquisición representó el ocaso del cristianismo. No estoy presagiando una hecatombe, pero la violencia es el signo de estos tiempos. Trump es intolerante y la intolerancia es el inicio de la violencia.
El candidato a quien me refiero, es cruel en sus aseveraciones. Hay crueldad e ingratitud cuando generaliza sobre el comportamiento de los mexicanos. Él no va a parar en ganar la nominación republicana. Esto no es un reality show, es tan cierto como el acto terrorista que derribó las torres gemelas que desencadenó consecuencias que hasta ahora la humanidad sufre. Eso es lo que quería Bin Laden; meterles miedo. Trump es la representación de dicho miedo
Caballero sus comentarios y opiniones sin totalmente erroneos .
Aqui no hay racismo los EEUU pasan por una mala epoca debido a las malas politicas
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Somos muchos los hispanos que lo apoyamos a Trump – esto se trata de una ilegalidad no de racismo.
Aqui el unico racista e ignoramte es Ud.
RA