Estuve la tarde del jueves 10 de septiembre. en el teatro experimental de Sociedad Femenina de Cultura, con lleno completo, en Amor Gitano de la Bailarina flamenca María Antonieta Ochoa con el bailaor cubano Danny Villalonga, gran “zapateador”, en ensamble musical con Jorge Vega, Roberto Ríos y la “Cantaora” Antonella Ávila.
Todo ello de gran performance, en el que tiene que ver la pasión creadora de la bailarina María Antonieta Ochoa, que viene trajinando en “tablaos” de nuestros teatros y Centros culturales: Hoy admirable, no solo por su ejecución sino, sobre todo, por su evolución bivalente ascendente como producto y productora de su hacer artístico, de características propias; en que la copla andaluza vibró en cuerpo y espíritu, traspasando los linderos del escenario hasta el espíritu de los espectadores que, como ecuatorianos, sentimos su vibrar, dentro de nuestro mestizaje, en el que tiene mucho que ver la sangre flamenca de los tablaos españoles venidos de otros lares, mezclados con la primitiva americana de la que somos parte.
Una mención aparte, los vestidos de la bailaora, dignos de mencionarlos, porque también hay arte en esas manos que los ejecuta.
Esto un brevísimo comentario de mi parte como espectadora-no soy crítica de arte; sino una común espectadora, eso sí, amante y reverente de toda manifestación de él.