No me referiré a la Manga del Cura que ya es cosa juzgada. La votación de los habitantes del sector dio como resultado que quieren ser manabas. Guayas es una vez más cercenado por la desatención que dieron las autoridades. Lamentable, pero hay que respetar la voluntad.
La difícil situación económica que enfrenta el país una vez que terminó la bonanza del elevado precio del petróleo, es motivo de profunda preocupación. No se prevé una mejoría en el precio por lo menos hasta fines del 2016, y eso siempre que otro gran productor- exportador como Irán no empiece a salir e invadir el mercado; tampoco se soporta más impuestos tipo Salvaguardias, que están produciendo efectos negativos en la industria y el comercio.. El panorama se pinta difícil.
Las crisis son motivo de oportunidades se dice comúnmente, pero para ello es necesario que exista confianza y credibilidad. De nada servirán viajes, discursos y reuniones con inversionistas extranjeros mientras el clima de confrontación no cambie. Son ocho años de la revolución donde el sector privado ha sido puesto de lado y atiborrado de impuestos.
El envío del proyecto de ley para las Alianzas Publico-Privadas parece positivo porque contempla incentivos y reducción de tributos, pero hay mucho más que eso, lo principal son reglas claras y cambios concretos, palpables, no solo ofrecimientos que no se cristalizan. Las leyes de Herencia y Plusvalía, así como las Reformas Constitucionales, en nada ayudan a paliar la crisis económica, por el contrario, desmotivan.
Salvo algo bajo la manga: ¿qué puede hacer creer que la visión del gobierno vaya a cambiar? Nos aprestamos a enfrentar un Fenómeno del Niño que se pronostica devastador. Se debe promover una reconciliación nacional y la iniciativa tiene que venir del Presidente Correa. El bache que se debe sortear es grande y sólo se lo logrará si el gobierno da muestras de un giro para reducir el gasto burocrático.
En el sector privado se están dando reducciones de personal que buscan la supervivencia, pero la medida traerá mayor desocupación con sus consabidas secuelas.
No hay soluciones bajo la manga. El milagro económico no existe.
“La economía es virtud en la pobreza, prudencia en la burguesía y vicio en la opulencia”