Confieso y con todo agrado, que es mi íntimo anhelo que vengan a ser realidad la República Autónoma Maya y las demás Repúblicas Autónomas Indianas.
Alejandro Lipschutz
de hace más de 5 siglos… A 60 años del primer día de la conquista escribía fray Bartolomé de las Casas… “descubrieronse las Indias en el año de mil y cuatrocientos y noventa y dos;…infinitas islas… y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte hasta hoy, y hoy en este día lo hacen, sino despedazarlas, matarlas, angustiarlas, afligirlas, atormentarlas y destruirlas…, todas están despobladas y desiertas -de gente…”. (¿Diez, quince, veinte millones de seres humanos liquidados?) “Ya se desterró satanás -explica el cronista Fernández de Oviedo-; ya cesó todo con cesar y acabarse la vida e los más de los indios, y porque los que quedan dellos son ya muy pocos y en servicio de los cristianos”. El mismo Américo Vespucio, cuyo nombre tomaría más adelante el territorio de conquista, testigo y actor de cargo, cuenta “…siempre hacíamos en ellos grandísima matanza…”. ¿No es que el objetivo en estas tierras era civilizar? PERO CIVILIZAR NUNCA FUE OTRA COSA QUE IMPONER UN MODELO SOCIO POLÍTICO DE SOCIEDAD… Desde entonces el proceso de etnocidio en América entró en vigencia…
A estas alturas del siglo XXI ninguna nación india debería existir de acuerdo a los pronósticos de la conquista, según los designios de la colonización. ¿Qué no se ha hecho para que el indio, de cualquier parte de américa que fuere desaparezca física, sicológica y socialmente? Declarados, prácticamente, menores de edad, siempre en tutelaje, continuamente en dependencia, los indios han sido negados en su propia razón de ser, en su ponerse de acuerdo consigo mismos, en el definir de su mañana. Pero los pueblos indios aparentemente vencidos no se han dejado vencer. En un texto náuatl del siglo XVI se lee: “nosotros debemos hacer lo posible para que nos fortalezcamos, para que aumente la gente, que crezca, que se expandan la maternidad la paternidad…”. En este objetivo la lucha ha mantenido el derrotero de la liberación. ¿Es que en algún siglo de estos, que hoy están acumulados, han dejado de haber levantamientos, protestas, sublevaciones, enfrentamientos contra el hambre, contra la opresión, contra la desesperanza donde, los hoy llamados países americanos, han tratado de marginar a los indios, según la valoración ideológico social de la denominada civilización occidental ?
500 años después de los inicios del etnocidio de los pueblos originarios de América, es satisfactorio vivir el momento en que el indígena ha sido rescatado de la muerte histórica, luego de larga agonía, en la circunstancias de una vivencia heroica. EL RESCATE, HAY QUE INSISTIR, PERTENECE AL PROPIO INDÍGENA. Es verdad que instituciones como el instituto indigenista interamericano, desde 1940, en que fue creado, ha servido una y otra vez de puente de enlace en la comprensión situacional socio histórica del indio, sobre todo en el contexto internacional. PERO ES LA MISMA LUCHA DIARIA LA QUE HA INCIDIDO, CONCLUYENTEMENTE, EN LA TOMA DE CONCIENCIA CLARA, PRECISA Y COHERENTE, RESPECTO AL ROL QUE TIENE QUE JUGAR EL INDÍGENA EN EL VIVIR DE LOS PUEBLOS DEL MUNDO…
Es aparente, sin embargo, la aceptación proteccionista y garantista de la vida indígena en una que otra Constitución de América. Aquí en Ecuador, valga el ejemplo, ninguno de los derechos constantes en la Constitución nacional a favor de las comunidades indígenas, llegado el momento de su reconocimiento, es cumplido. SUS TERRITORIOS, AUNQUE DECLARADOS DE “POSESIÓN ANCESTRAL IRREDUCTIBLE E INTANGIBLE” SON CONTINUAMENTE INVADIDOS BUSCANDO, COMO HACE MÁS DE 500 AÑOS, ROBAR SUS RIQUEZAS Y LIQUIDAR SUS PUEBLOS, A FAVOR DE EMPRESAS EXTRANJERAS EN ASOCIO CON LOS GOBIERNOS DE TURNO…
Pero hoy el pueblo indígena, el pueblo originario tiene clara conciencia de su existencia y, por lo tanto, de su futuro… Sabe que la lucha no ha concluido…PERO COMO PUEBLO, NACIÓN, CULTURA POSEE LOS MISMOS DERECHOS QUE TODOS LOS DEMÁS, PARA VIVIR EN SU MUNDO VALORATIVO Y REHACER SU PROPIO PROYECTO HISTÓRICO EN PLENA LIBERACIÓN… (Texto tomado del libro “AMÉRICA, 500 AÑOS DESPUÉS…”
