En 1954, en Paraguay se dio un golpe militar encabezado por el General Alfredo Stroessner, una de las dictaduras más prolongadas de historia del continente. El general Alfredo Stroessner suprimió inmediatamente las garantías constitucionales, mantuvo bajo control las actividades de los partidos políticos y ejerció una dura represión.
Se conoce que durante su régimen fueron asesinadas entre 3000 y 4000 personas; debido a su política de mano dura contra la disidencia, en especial, los comunistas; empleó la tortura, el secuestro, los asesinatos políticos y el crecimiento de la corrupción.
El 3 de febrero de 1989, su consuegro y hasta entonces mano derecha, el General Andrés Rodríguez, con el respaldo de Estados Unidos, encabezó un golpe de Estado. Rodríguez gobernó inicialmente como dictador, luego como Presidente Constitucional, abolió la pena de muerte, retiró la ley marcial que regía desde hace más de 30 años y legalizó los partidos de oposición. Durante su Gobierno constitucional se dio una real democratización, con carencia de persecuciones políticas y aplicación de ideas neoliberales. En 1993, le sucedió en el poder Juan Carlos Wasmosy, que fue el primer presidente civil en más de cincuenta años.
En síntesis, las dictaduras militares que gobernaron en los países señalados del sur del Continente, desgraciadamente, se caracterizaron por el terrorismo de Estado, la constante violación de los derechos humanos, las desapariciones y muerte de miles de personas, y otros crímenes de lesa humanidad. Además, en Argentina, se dio el robo sistemático de recién nacidos.
“Ecuador formó parte del Plan Cóndor… Muerte de Roldós pudo ser una ejecución extrajudicial”, fue el titular del diario de gobierno El Telégrafo del 12 de marzo de 2015; y se refiere a la comparecencia del Fiscal General del Estado, Galo Chiriboga, ante la Comisión de Justicia de la Asamblea. La información indica que el Fiscal se basó en un supuesto documento oficial de los Estados Unidos que “a mediados de enero de 1978 Ecuador aceptó el Plan Cóndor”. El diario señala que “Chiriboga fue invitado por la Comisión de Justicia para que informe sobre los procesos judiciales en contra de violadores de derechos humanos; además se estima que varios de los casos de violaciones a los derechos humanos de la época podrían haber sido parte del Plan Cóndor. También informó que va a trabajar con su similar de Paraguay para acceder a los ‘archivos del terror’, denominada así la información clasificada de ese país sobre las dictaduras militares y que también probarían que Ecuador era uno de ellos y según el texto que hace alusión el Fiscal, dice que la participación del Ecuador sería a través del comando central de sus Fuerzas Armadas, que a su vez asignó tareas a cada rama. Por ejemplo, al Ejército, a través de su Unidad de Inteligencia, era responsable de compartir información con los países del Plan Cóndor” y casi al final del discurso comentó sobre la muerte de Jaime Roldós, cree “que la muerte del exmandatario pudo haber sido una ejecución extrajudicial”.
En relación al llamado Plan Cóndor, en un artículo escrito por la periodista argentina Stella Calloni, que investigó sobre el Plan Cóndor, señala: “Una mañana de diciembre de 1992, el juez paraguayo José Fernández y el profesor y ex prisionero político Martín Almada, entraron a la estación de policía de Lambaré, suburbio de Asunción, a buscar los archivos policiales de Almada. Lo que encontraron en su lugar fueron décadas de historia documental sobre la represión en Paraguay y otros países. (…). Los ‘Archivos del Horror’, tal como fueron conocidos desde entonces, se han convertido en una clave para descifrar la historia reciente de América Latina. Los archivos detallan el destino de cientos, quizá miles, de latinoamericanos secretamente secuestrados, torturados y asesinados por los regímenes derechistas de los años setenta. También ofrecen una pista en papel que confirma la existencia de una conspiración escurridiza y sanguinaria entre los servicios de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay para rastrear y eliminar a los adversarios políticos con independencia de las fronteras nacionales. Ahora es posible completar el esbozo del ‘Operativo Cóndor’, tal como se conocía a esta red ilícita”. En dicho documento, es decir, el llamado “Archivos del Horror”, jamás se lo nombra al Ecuador; es más, desde Roma, el 12 de febrero de 2015, se informa “que la justicia italiana inició un proceso contra miembros de las dictaduras latinoamericanas de las décadas de 1970 y 1980 por la muerte de unos 20 italianos víctimas de la llamada Operación Cóndor.
La Operación Cóndor fue un plan urdido por el General chileno Augusto Pinochet, que buscaba reprimir la oposición política por parte de los regímenes dictatoriales de Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia”. Tampoco en esta reciente información, se señala al Ecuador que haya participado en el Plan Cóndor.
Una publicación señala que el ex Comandante General del Ejército, General José Gallardo Román, siempre ha asegurado que Ecuador nunca formó parte de esa estrategia. Para el también ex ministro de Defensa jamás se siguieron las directrices del Plan Cóndor: «Los hechos hablan solos, en nuestros gobiernos militares no hubo la represión de otros países».
Para nadie es un secreto que existen reuniones de los comandantes de Fuerza (Ejército, Marina y Aviación) de los países de América, igualmente de Ministros de Defensa, a partir de la primera reunión en Williamsburg en Estados Unidos en 1995. También existen reuniones de los jefes de Inteligencia de los ejércitos, para intercambiar información, especialmente con Chile y Estados Unidos, aliados históricos de nuestro país. Igualmente, con los países vecinos como medidas de confianza mutua, por ejemplo, con Colombia a través de la Comisión binacional fronteriza (Combifron). Todas estas reuniones obedecen a convenios y siempre son conocidas por el país a través de la prensa.