Las marchas están de moda, esta palabra me recuerda la expresión «salir de marcha», la que hace alusión a uno de los grandes atractivos de España, su vida nocturna. Ir caminando de bar en bar, disfrutando la noche hasta altas horas de la madrugada, con buena temperatura y ocio nocturno, solo pueden hacer marchar a propios y extranjeros.
Ahora, en estos días «salir de marcha» en Ecuador tiene otro significado, es salir a reclamar pública y airadamente lo que se cree vulnerado por la autoridad.
Lo que causa sorpresa es el desarrollo incipiente de la capacidad de rectificación desde el gobierno, que no mucho tiempo atrás sostenía sus decisiones hasta las últimas consecuencias.
El país ya no aguanta más. La debilidad es notoria. Las presiones, las marchas, el anunciado paro nacional, mensajes de fuerzas decididas a respaldar a sus miembros y defender sus principios, gigantescos problemas económicos cuyo actual paliativo es el financiamiento externo que demanda estabilidad, seguridad jurídica, reglas claras y coherencia en la aplicación de medidas económicas, quizás estén incidiendo en esta nueva etapa de rectificaciones al andar.
Una muestra reciente es la «solicitud» de retirar de las enmiendas la reelección indefinida, con el argumento que se debe dar paso a nuevos cuadros que merecen oportunidad de trascender.
Esperemos que no se trate de haber prendido la mecha y pasarle a otro el problema para que sufra las consecuencias, para luego, en el siguiente período, regresar al rescate tratando de apelar a la memoria de esos primeros años de bonanza y opulencia económica. Cuando eso ocurra, prohibido olvidar que esa «bonanza económica» fue alentada por un precio internacional récord del crudo, que ahora lo que nos deja como enseñanza es la falta de previsión y prudencia económica para generar reservas y así poder enfrentar la época de vacas flacas.
El tiempo nos contestará y veremos cuántas rectificaciones más habrán, producto de presiones, marchas, reclamos masivos. Lo importante que estas sean por el bien de todos y de nuestro país, que no sean decisiones apaga incendios.