Felicitaciones ingeniero Mauricio Macri

El pueblo argentino, con muchas presiones políticas sucias en contra suya provenientes de un grupúsculo de adueñados de la historia, ha sido alumbrado para que por medio del voto para usted se encamine al auténtico Siglo XXI.

Dura misión le espera. Empero usted ha sido un gran empresario y dirigente. Estoy convencido de que usted evitará el error de repartir peces hasta que se acaben los de la despensa y enseñará a pescar responsablemente.

Una mala interpretación de la era Peronista, cuando las estructuras, los programas y los dirigentes de los partidos políticos existentes no eran capaces de ofrecer nada de valor a la clase trabajadora; con un Congreso dominado por los conservadores, que eran indiferentes a los problemas de los trabajadores, obligó durante los años siguientes a que los radicales utilizaran su mayoría parlamentaria para poner en dificultades al Presidente e impedir la aprobación de cualquier tipo de programa.

Ése era el escenario en 1943. Las fuerzas armadas, como remanentes genéticos de los colonizadores se apropiaron nuevamente del mando y derrocaron al gobierno conservador.

En el gobierno militar, el poder se concentró en las manos de un Coronel destinado a dominar el curso de la política argentina directamente durante los 30 años siguientes: Juan Domingo Perón y el que auspiciase una cola de saqueadores del rico Estado.

Perón fue el único de los pocos hombres de la revolución que percibió que había algo que satisfacer en el pueblo y que hacerlo iba a ser el elemento legitimador de la revolución.

Después de que Rawson y Ramírez pasaran brevemente por el mando presidencial hubo un cambio importante, el tono gremial del Gobierno cambió debido a que el coronel Perón, secretario del Ministerio de la Guerra, asumió la jefatura del Departamento Nacional de Trabajo, que un mes después se transformaría en Secretaría.

Perón fue el único que pareció haber visto el potencial político del movimiento obrero, descubierto por su relación con los sindicalistas. Desde una posición secundaria en el gobierno de la revolución inició una campaña para obtener el apoyo de la clase trabajadora. Apoyó la formación y fortificación de nuevos sindicatos y una gran expansión de los que ya existían y le eran favorables.

La acción de Perón puso su norte a promover una serie de medidas laborales y previsionales insosteniblemente, sólo apuntalada por los descomunales réditos comerciales de la agro-industria de la época de la guerra, a contentar y paliar las justas necesidades de los menos favorecidos y trabajadores; a los cuales siempre asignó a un súbdito de él para que los arree y se vuelva más mísero que los mal llamados conservadores que eran unos sátrapas.

Usted, ingeniero Mauricio Macri va a tener una durísima labor al tener que transformar a los vagos y ladrones-hambreadores del pueblo, en gente responsable que construyan fuertes pilares que devuelvan la abundancia, cultura, y moralidad de la República Argentina.
Usted, ingeniero Macri, debe ser la tableta de Dominó que empuje la cadena de ignominiosos “democráticos” dictadores, que con su perverso comportamiento de ellos han engrandecido la amoralidad, inseguridad y roto los primeros cuatro sellos de los siete, liberando a los primeros cuatro Jinetes del Apocalipsis, alegóricamente de la: victoria, la guerra, el hambre y la muerte.

Monte usted y lidere en América del Centro y Sur una nueva y digna caballería que representen: Honor, justicia, igualdad y auténtico bienestar. Contagie usted a los países que necesiten algo similar.